En verano, con altas temperaturas y zapatos abiertos, es común que los pies se expandan y se hinchen. En otoño, los pies vuelven a esconderse y con la llegada del frío hay que tener claro que el cambio en la temperatura puede hacer que nuestra piel se reseque. Entonces, estamos de acuerdo con que las sandalias están dando paso a los botines y lentamente están dando paso a las botas de invierno.
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Entonces, consiente tus pies con una rutina de cuidado. Una vez a la semana, exfoliarlos y liberarlos de células muertas. Aunque no lo creas, la exfoliación ayuda a liberar muchas toxinas de la piel, limpiando poros e impurezas y, gracias a este simple gesto, la piel está lista para recibir y absorber cualquier ingrediente activo que se aplique a continuación, que sería la hidratación.
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También es necesario tener cuidado con la humedad. Si tus pies se humedecen por sudar, debes cambiarte los calcetines con la frecuencia necesaria, aunque sean el mejor aliado en esta temporada. Lo ideal es que esta prenda sea de hilo o algodón, para que permitan que el pie transpire.
Elige bien tu calzado para este otoño
Cuando los zapatos han estado almacenados durante varios meses, es posible que las plantillas se hayan secado debido a la sudoración, estén desgastadas o rotas. Opta por zapatos o botas que sean resistentes al agua y que tengan una buena suela antideslizante para prevenir resbalones y caídas en días lluviosos. Además, es recomendable que elijas zapatos que permitan a tus pies respirar y que no sean demasiado ajustados para evitar rozaduras y ampollas.
Por otra parte, si bien debemos evitar la sequedad porque trae otras complicaciones, por lo que se trata de hidratar, pero hay que tener cuidado con la humedad. Incluye bálsamos hidratantes, que estén adaptados a tus necesidades, como de miel, almendras o argán. En resumen, es importante elegir el calzado y los calcetines adecuados, prestar atención a la higiene y considerar las tendencias actuales. Si sigues estos consejos, tus pies te lo agradecerán.
