Después de disfrutar de un rico banquete nadie nos salva de lavar los platos, ollas y el sinfín de utensilios. Aunque no hay manera de librarse de esta inevitable tarea, existen formas de hacerla amena y sobre todo rápida.
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A continuación, te contamos los cuatro errores más comunes que hacen de este quehacer mucho más tedioso y que sin duda te harán trabajar de más.
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Mezclar las distintas suciedades
No toda la vajilla tiene la misma suciedad. Por ejemplo: la olla que se utilizó para freír será mucho más difícil de limpiar que un vaso. Es por eso que el chef argentino Pablo Almeida recomienda separar cada utensilio según la complejidad del lavado, para evitar más trabajo y sobre todo desastre.
Lavar sobre la grasa
Uno de los trucos para salir rápido de la pila de platos es limpiar la grasa antes de lavarlos. Eso además de ahorrarte tiempo, hará que no desperdicies más agua ni jabón de lo necesario. Es muy sencillo, solo debes pasar una servilleta antes de iniciar el proceso de lavado.
Usar agua fría
Aunque muchos no aplican esta regla por cuidar de sus manos, es bastante necesaria para desinfectar la vajilla en su totalidad. La temperatura del agua es lo que logrará que cada utensilio quede esterilizado, y usarla fría no funciona.
Una de las opciones para evitar quemaduras es rociarle un chorro de agua caliente posterior al lavado con jabón. Así no habría necesidad de manipular el plato más que para escurrirlo.
Guardar la vajilla húmeda
Este paso sin duda es más trabajo en el caso de que no lo hagas; pero es realmente necesario. El guardar la vajilla mojada solo ocasionará que se generen bacterias y tengas que nuevamente lavar el plato antes de usarlo.