Su decisión de salvarle la vida a la mujer que lo trajo al mundo fue la más fácil que haya tomado pero convencerla que la deje ayudarla probó ser algo casi imposible. Esta es la historia de cómo un hombre en Estados Unidos le dio a su madre el regalo definitivo y que, probablemente, lo exima de darle uno en esta fecha especial que se celebra cada segundo domingo de mayo por un buen tiempo.
PUBLICIDAD
“Estaba más que dispuesto porque amo a mi mamá”, dijo Brandon Finlayson a la cadena NBC, señalando que le tomó varios días para que su progenitora siquiera empezara a pensar en la idea. Finalmente, tras la participación de sus otros tres hijos y sus 21 nietos, la mujer de 67 años accedió a la segunda oportunidad que le brindó su familia.
Gwen Finlayson había estado enferma por casi tres décadas y, cinco años después de ser diagnosticada con hepatitis autoinmune, desarrolló cirrosis en el hígado. Los médicos le dijeron que tenía que recibir un trasplante en los próximos tres años pero retrasó la búsqueda de un posible donante ya que “no quería quitarle a nadie” dicho órgano.
Entre sus constantes visitas al hospital, Gwen descubrió que su situación parecía empeorar aún más y a toda prisa. Fue entonces que el año pasado, los doctores la forzaron a inscribirse en la lista nacional de trasplantes a la espera de encontrar un donante ya que debido a su avanzada edad, “era su única oportunidad” de salvarse.
Sus hijos, todos en edad adulta, llegaron a un acuerdo de que su madre se encontraba muy enferma y su única chance era su hijo Brandon, quien hace 37 años estuvo en la unidad de cuidados intensivos neonatales durante días y fue Gwen la que se hizo cargo de él. Ahora era su oportunidad de devolverle el favor.
“El hecho de que todos estábamos preocupados por ella y no ser la que nos cuide en esta ocasión, realmente le incomodó”, contó Brandon, que era compatible y se había ofrecido para donarle parte de su hígado. Pero su progenitora no quería ponerlo en riesgo ya que es el padre de cinco de sus nietos.
“No estoy seguro que tenga las palabras para describir lo que siento por mi hijo. Que arriesgue su vida por otro ser humano, no necesariamente tenía que ser su madre”, precisó Gwen, que aceptó el obsequio que le dio su hijo pese a que en un principio rechazó de plano su desinteresado ofrecimiento.
Ahora, ambos se encuentran recuperados tres meses después de sus cirugías justo a tiempo para el Día de la Madre, que Gwen celebró diciendo que en vez de “lamentarse por lo que pueda venir en el futuro”, ahora lo ve como uno “lleno de esperanza”. Por su parte, Brandon bromeó y dijo que con lo que hizo, “ahora ya no tenía que comprarle un regalo”.