Vida y Estilo

‘¿Dónde nace la adicción por los alimentos?’, por Vanna Pedraglio

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Por Vanna PedraglioCoach deportiva y nutricional

Superar una adicción puede llegar a ser un gran desafío. Es un viaje personal en el que debemos hacernos responsables de todas nuestras decisiones. Igual, hay un entorno fisiológico que debemos considerar, no todo consiste en fuerza de voluntad. Lamentablemente, en cuestión de adicciones alimenticias -sobre todo con el azúcar-, se trata más de un mal social y ambiental que psicológico.

Somos presas de un marketing alimenticio que nos ha llevado a alterar nuestro metabolismo y con ello nuestras emociones y salud física a través de enfermedades metabólicas degenerativas. Nuestro organismo está adaptado a un mundo que definitivamente no es el de hoy, derivando en males como el cáncer, diabetes, alzhéimer, etc., enfermedades que alteran nuestro metabolismo a través de muchos años y de malos hábitos recurrentes.

Este artículo no busca asustarte. Se trata de que tomes conciencia de que las enfermedades que esta sociedad padece hoy se deben a razones que nosotros mismos provocamos. Transferir la cura a una tercera persona, como puede ser tu médico, no bastará para resolver el problema si no tomas acción. Tratemos las causas, no los síntomas.

La causa de todo esto se basa principalmente en la naturaleza adictiva del azúcar, los carbohidratos refinados (carbodrogas, como me gusta llamarlos), sal en demasía y grasas trans. Estas sustancias actúan tal como la heroína o la cocaína, dándonos placer por medio de la activación de un proceso innato en el cerebro a través de la dopamina y señales opioides. Con su consumo recurrente, el cerebro -como ante cualquier droga tratada de la misma forma-, se vuelve adicto y dependiente a la estimulación placentera causada por la liberación interna de estos opiáceos.

La industria alimentaria ha explotado este efecto, sobreestimulando tus papilas gustativas a expensas de tus bolsillos y sanidad psicológica, alterando tu metabolismo y química cerebral. Como en cualquier proceso para dejar una adicción, debes pasar por un proceso de desintoxicación, en este caso, de alimentos creados por la industria que sabes que te atrapan y te vuelven adicto por su sabor.

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Para entenderlo mejor, podríamos poner en 24 horas la historia del ser humano. Dentro de esas 24 horas, solo habrían pasado 15 segundos desde que apareció la agricultura y con ella la alimentación posteriormente procesada a base de lácteos, granos, cereales y demás productos derivados, hoy en día, industrializados. En otras palabras, nuestra genética está adaptada para un tipo de alimentación completamente natural -huevos, vegetales, semillas, carnes varias, tubérculos y frutas por estación-, además de haber tenido que pelear para conseguir esta comida. ¿No crees que para recuperar tu salud sería ideal que respetes esta paleogenética?

Sin importar si padeces algún tipo de trastorno metabólico o no, lo principal aquí es ser consciente de los beneficios de seguir una alimentación natural para contrarrestar las causas que puedan generar en un futuro diversos males. Por qué no empezamos con 10 días de cambio: deja de lado los alimentos procesados y reemplázalos por alimentos naturales. Elimina por ese tiempo la comida chatarra y verás cómo te sientes completamente distinto. Imagínate lo que podrías lograr haciéndolo por años.

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