Si estás a punto de acabar el colegio, quizá pase por tu cabeza una pregunta básica: ¿qué carrera debo estudiar?
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Para muchos jóvenes, esta es una decisión muy difícil, quizá la primera gran decisión que tomen en su vida. Por ello, aquí te damos algunos consejos para que hagas una buena elección.
‘No hay una edad predeterminada para esto. En promedio, los adolescentes que ingresan a la universidad tienen 16 años. Sin embargo, más que la edad, el momento ideal para tomar esta decisión está asociado al grado de madurez que se haya alcanzado’, explica Graciela Noriega, jefa del Departamento de Psicología de la Dirección de Bienestar de la Universidad de Lima.
Esta madurez no necesariamente coincidirá con el fin de la etapa escolar. Hay casos en los que esperar un poco puede ser muy recomendable.
‘Si un adolescente no tiene la seguridad sobre qué estudiar, quizá sea positivo esperar un tiempo. De lo contrario, podría ingresar desorientados por la presión de sus amigos o de su familia’.
Tampoco hay un periodo determinado para la espera; podrían ser seis meses o un año. Eso es relativo y dependerá de la situación de cada persona.
‘Los padres piensan: ‘Ya terminaste el colegio y no puedes quedarte sin hacer nada’. Pero creo que ese tiempo puede ser muy valioso para él’.
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Este tiempo de espera resulta un buen momento para que el joven descubra sus propias habilidades e intereses. Así, si no logras tomar una decisión por ti mismo, puedes pedir la ayuda de un psicólogo vocacional.
‘En este tiempo, podrías hacer un voluntariado u otras actividades que permitan conocerte mejor a ti mismo. Tienes que conocerte para poder decidir qué estudiar’.
Para orientarte, las universidades ofrecen ferias vocacionales, charlas de diversas especialidades y recorridos por sus campus. Aprovecha estos beneficios e infórmate para tener un panorama amplio. También revisa la malla curricular de cada carrera.
‘Tiene que haber una participación activa. No puedes solo esperar que la universidad vaya a ti. No busques solo la opinión de tus padres, familia o amigos. Tienes que involucrarte en tu propio proyecto de vida’, recomienda Noriega.
En esta búsqueda, los padres podrían no aprobar las opciones de sus hijos. Sin embargo, es necesario que ellos entiendan que la oferta educativa va más allá de las carreras tradicionales como la Medicina o el Derecho.
‘Pasa mucho. Los chicos quieren estudiar Música, Comunicaciones o para ser chef. Los padres deben cumplir la función de acompañantes. Harían mal si toman la decisión por el joven. También deben recordar que los futuros ingresos monetarios son un factor a tomar en cuenta, pero no deberían ser la razón decisiva’.
Pero ¿qué pasa si el alumno que ingresa se da cuenta al poco tiempo de que la carrera elegida ya no le atrae? ‘Las universidades con estudios generales tienen una gran ventaja. Durante el primer año, el alumno puede seguir buscando su vocación y cambiar de carrera, sin presiones’.
Si estás ya en la universidad, puedes recurrir a la oficina o dirección de Bienestar que suele ofrecer servicios de orientación vocacional. También puedes hablar con las autoridades de otras carreras que te gusten y asistir como alumno libre a clases de otras facultades. ‘El cambio de carrera no debe ser visto como un fracaso, sino como una oportunidad de mejora’, dice Noriega.
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