Muchos de nosotros, y muy probablemente en más de una ocasión a lo largo de nuestra vida, hemos tenido un molesto o inoportuno ataque de hipo. En algunos casos este sólo llega a ser una reacción molesta, pero en otros puede durar varios minutos y se han reportado personas que no han parado de tener estas convulsiones durante días.
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Sin embargo, es necesario aclarar que el hipo no es una enfermedad, sino una reacción muscular molesta. De hecho, muchos niños y bebés suelen tener hipo en especial durante la lactancia, cuando comen muy rápido o por permanecer en una mala postura.
¿Qué es el hipo?
El hipo es una contracción involuntaria del diafragma. Este es un músculo plano que se ubica entre la zona abdominal y el tórax. Gracias a sus contracciones, los pulmones pueden llenarse de aire y así ayudarnos a respirar.
El hipo se desencadena cuando este músculo se altera y desciende de forma violenta. Esto provoca que el aire que entra por la garganta choque contra la laringe, provoque que las cuerdas vocales se cierren y surja el característico sonido cuando el diafragma se expande para expulsar el aire.
¿Por qué sucede el hipo?
Existen muchas causas por la que el hipo aparece, aunque a veces no es claro si fue un motivo u otro:
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- Exceso de comida o bebidas gaseosas que provocan una dilatación del estómago.
* Bebidas alcohólicas.
* La falta de calcio, potasio o sodio.
* Cambios repentinos de temperatura.
* Nerviosismo, ansiedad o excitación.
* Comer demasiado rápido.
* Infecciones estomacales.
* Respiración acelerada y disminución de CO2 en la sangre.
* Insuficiencia renal.
* Inflamaciones respiratorias o abdominales.
* Enfermedades o patologías en los nervios que controlan el diafragma.
* Cirugías abdominales.
¿Cómo solucionar el hipo?
Erróneamente se pregunta ‘¿cómo curar el hipo?’ cuando este no es una enfermedad, sino una simple reacción muscular. El hipo se resuelve luego de algunos pocos minutos, luego de algunas contracciones involuntarias. Sin embargo, si este no desaparece, se aconseja beber agua fría, sostener la respiración por unos segundos o respirar con una bolsa de papel. Con esto, se aumentarán los niveles de CO2 en la sangre.
Otro remedio popular contra el hipo es asustar o hacer reír a la persona afectada. Esto libera adrenalina y estimula el funcionamiento de los nervios musculares. Además, se puede intentar taparse la nariz y hacer fuerza para soltar el aire, que ayuda a estimular los nervios del tórax.
En caso sea un bebé recién nacido o un niño pequeño, el principal motivo es porque el diafragma aún se está desarrollando. Se puede intentar darle pecho al bebé o, si se cree que comió mucho, sacarle los gases con cuidado.
Por último, si el hipo dura más de un día, se recomienda asistir al médico para consultar el motivo del hipo. Es aquí donde la causa puede ser alguna infección, inflamación o incluso alguna enfermedad. Dependerá del profesional de la salud si es necesario utilizar algún medicamento o esperar a que se resuelva poco a poco.
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