La historia de Tanya Czernozukow ayudará a tomar conciencia respecto de los cuidados que hay que tener con los tipos de objetos de belleza al momento de afeitarse u optar por la depilación.
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Todo comenzó en 2014 cuando la joven se cortó mientras afeitaba una de sus piernas, aunque no le dio mayor importancia. Tanya decidió ignorar el pequeño corte y solo se preocupó de evitar que siguiera sangrando.
Sin embargo, seis meses después de ese incidente, la herida se transformara en un hoyo en su pierna. El problema se debió a una diabetes no diagnosticada, lo que derivó en una úlcera que rápidamente se transformó en una herida gangrenosa.
Según informa el medio inglés The Sun, los médicos trataron por 18 meses detener la infección que seguía consumiendo su pierna de manera agresiva. Usaron antibióticos e incluso larvas de insecto para evitar que el daño se siguiera propagando.
‘Esto ha sido una pesadilla absoluta. La herida era del porte de una moneda pequeña, simplemente dije ‘ouch’ y seguí haciendo lo mío’, relató. ‘Me había pasado muchas veces antes y puse un trozo de papel higiénico sobre la herida esperando que parara de sangrar igual que siempre’, agregó.
Finalmente en 2016, los doctores que la atendían decidieron amputar su pierna, con el riesgo de que la herida volviera a infectarse y no cerrara. El riesgo era tan alto que Tanya permaneció por cinco meses en el hospital para poder controlar su recuperación.
‘Nunca había sentido un dolor tan terrible como este en mi vida’, relató la joven. “Ya no me afeito la otra pierna. Me aterra’, dice ahora Tanya quien ahora poco a poco busca recuperar su vida.
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