Semáforo nutricional: ¿qué tan efectivo es?

El miércoles pasado, la Comisión Permanente del Congreso aprobó en primera votación una serie de cambios a la Ley de Alimentación Saludable, entre ellos, el del sistema de etiquetado de productos.

En la iniciativa, promovida por la Comisión de Defensa del Consumidor (y apoyada por Fuerza Popular, Peruanos por el Kambio y el Apra), se propuso implantar un sistema mixto de advertencias en colores (diferenciados en Alto, Medio o Bajo en grasas saturadas, sal, azúcar y calorías), con contenido e información nutricional.

Con ello se dejaría de lado las llamadas alertas octogonales, sistema que respalda el Ministerio de Salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Colegio Médico del Perú y el de Nutricionistas.

‘La norma aprobada transmite mucha más información. El semáforo no solo persuade al consumidor para no comprar un producto, sino que también le permite comparar dos o más productos alternativos’, nos dice el presidente de la Comisión de Defensa del Consumidor del Congreso, Miguel Castro (Fuerza Popular).

El legislador recuerda además que la propia OMS ha emitido ‘opiniones favorables’ sobre la aplicación del semáforo nutricional que se emplea en Ecuador desde el 2013.

‘Además de alertar sobre la presencia de un nutriente crítico que sobrepase los parámetros establecidos, también informa sobre la cantidad de los mismos dentro de los productos, incluso de aquellos que se encuentran dentro de lo permitido’, explica Castro.

Sin embargo, para el presidente de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (Aspec), Crisólogo Cáceres, este tipo de etiquetado no resulta efectivo y causará ‘confusión’ entre los consumidores.

‘Esta es una ley que va en perjuicio de la salud de millones de personas. Desde el nombre es engañoso. Lo que se ha incorporado no es un semáforo nutricional. Lo que han incluido es una guía diaria de alimentación (GDA), pero con colores’, afirma.

El semáforo, tal como se aplica en Ecuador, no incluye cifras ni contenido, solo los colores ‘a modo de advertencia’, sostiene.

‘El GDA, al no ser un semáforo, es confuso. Es un conjunto de números, letras, colores e imágenes. A diferencia de los octógonos que son claros e indican si algo es ‘Alto’ en grasas, sal, etc.’, explica Cáceres.

El proyecto está pendiente de una segunda votación, a realizarse en el próximo Pleno del Congreso, cuyas sesiones se reinician en la primera semana de marzo.

De aprobarse allí, pasará al Ejecutivo para su promulgación y posterior publicación. Cabe indicar que la inclusión del semáforo y la tabla nutricional será obligatoria cinco meses después de la publicación de la norma.

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