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POR VANNA PEDRAGLIOCOACH DEPORTIVA Y NUTRICIONAL
El aumento de masa muscular es, si no el primero, el segundo objetivo más deseado de la mayoría de personas en su físico, después de bajar de peso. Tener un cuerpo fuerte no pasa solo por vernos estéticamente bien. También significa sentirnos más ágiles, más saludables y con más energía para afrontar el día a día y las actividades deportivas que nos planteemos realizar.
El secreto del crecimiento y la correcta adaptación de la musculatura al esfuerzo depende de la hormona del crecimiento o GH. Esta hormona tiene numerosos efectos en nuestro organismo, pero la que más nos interesa es que tras un entrenamiento exigente favorece la absorción y la síntesis o construcción del músculo esquelético al hipertrofiarlo (hacerlo más grande y fuerte que antes). Aparte, también cumple otros papeles importantes, como aumentar el uso de los ácidos grasos o grasas de reserva o favorecer la función inmunológica.
Esta hormona crea en el cuerpo las condiciones favorables para la reparación de los tejidos y la recuperación adecuada.
Por todos estos beneficios y para poder disfrutar de ellos, es importante saber en qué condiciones se secreta la GH para no interrumpir su ciclo, sino estimularlo. Sus niveles en la sangre son más elevados por la noche, en las horas profundas de sueño y se hacen de manera intermitente. El deporte aumenta la amplitud y el número de pulsos o intervalos de su secreción para una mejor reparación. Por supuesto, también hay factores externos que pueden alterar este patrón de liberación y privarnos de estos beneficios. Por ejemplo, es importante saber que el alcohol lo disminuye, así como la falta de sueño.
Otro dato importante es que las mujeres tienen niveles más altos de GH que los hombres. Estos varían en función al ciclo menstrual, siendo mayores en el período inicial de la fase folicular. Las mujeres pueden mejorar su masa muscular a través de la secreción máxima de esta hormona en el entrenamiento: está comprobado que sucede cuando la carga o la intensidad del ejercicio permite realizar como máximo 10 repeticiones y el descanso no supera el minuto. La concentración de GH tras un entrenamiento aeróbico es mayor en mujeres que en hombres, mientras que en un entrenamiento con pesas, apenas hay pequeñas diferencias.
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Si hablamos de entrenamiento para estimular la generación de masa muscular, es importante saber de qué manera realizarlo para obtener mejores resultados. Según varios estudios, a menor tiempo de recuperación entre ejercicios o esfuerzos (un minuto) y a intensidades altas que permitan no más de 10 repeticiones, se produce mayor cantidad de ácido láctico. Ese es un factor determinante a tomar en consideración para el correcto diseño de la sesión de entrenamiento, ya que allí se logran las mayores respuestas de la GH.
Nuestro cuerpo ha sido diseñado para estar activo. Gracias al ejercicio, puede adaptarse, volverse más fuerte y luchar contra el envejecimiento prematuro, hoy en día presente a través del sedentarismo. ¡Haz deporte por salud!