Muchas personas están acostumbradas a trabajar con música. Es una costumbre que se hace cada vez más común. Pero no necesariamente significa que sea una buena decisión. Así lo confirma un último estudio.
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Uno de los primeros estudios sobre cómo la música afecta la productividad se dio en 1972. Se llamó Música: una ayuda a la productividad, y efectivamente dio como resultado que esta ayudaba a los trabajadores. Sin embargo, se refería a trabajadores de una fábrica que hacían tareas mecánicas y repetitivas.
En 1980 se dio un nuevo estudio donde ya se daban luces de las dificultades que se presentaban al escuchar música y concentrarse para trabajar. Este mismo estudio asegura que era aún más difícil concentrarse en alguna labor si escuchamos nuestra música favorita.
El más reciente estudio realizado en este campo fue realizado por Takahiro Tamesue, de la Universidad Yamaguchi, en Japón. Según la web Gizmodo, dicho estudio confirma que la mejor música para trabajar es el silencio. “El experimento analiza los efectos sobre los procesos neurológicos de diferentes tipos de sonido y su conclusión preliminar es clara”, señala la web.
Señala que la concentración se ve más afectada en cuanto más significado tengan las canciones, los sonidos e incluso las letras. En menor medida afecta la música clásica o ambiental, pero sigue siendo perjudicial. ¿Cómo se refleja? Según el estudio, se alarga el tiempo de reacción para resolver pruebas que requieren concentración mental.
Lo que recomiendan los expertos es escuchar música en los intervalos, pero nunca cuando estamos concentrados trabajando. ¿Estás de acuerdo con este estudio?
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