Todas las personas en algún momento sienten la necesidad de entrecerrar los ojos a causa de la luminosidad. La fotofobia, o intolerancia a la luz, es un síntoma bastante frecuente que, sin embargo, no siempre se sufre por los mismos motivos ni con la misma intensidad.
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Las causas que pueden producir la fotofobia son muy diversas. A veces, esta intolerancia puede deberse al propio ojo, como ocurre en el caso de los ojos claros. “En los ojos azules o verdes la sensibilidad es mayor por su falta de pigmento en el iris. Eso hace que entre más luz en el ojo, por lo que los pacientes experimentan esa sensación de molestia con la luz”, explica el Dr. Walter Benites, Director Médico de la Clínica Oftalmológica Oculaser.
En este sentido, quienes más la sufren son las personas con ojos claros. Pero también la sufren los que han sufrido una intervención y que están pasando por un posoperatorio, por ejemplo tras la de corrección de la miopía.
Puede que las molestias sean consecuencia de alguna patología corneal, como cuando se sufre un traumatismo en la córnea. “También se da la fotofobia en personas que, por ejemplo, trabajan con algún tipo de metal que les puede quedar impactado en la córnea, causándoles esta sensación de molestia con la luz”, explica el doctor.
Asimismo, la fotofobia es uno de los síntomas más frecuentes de las personas que tienen cataratas. “Estos pacientes presentan molestias con la luz del sol o con los focos de los coches”, afirma el doctor Benites. También es un síntoma de la conjuntivitis, es decir, cuando se inflama o se infecta la conjuntiva (la membrana mucosa y transparente que recubre el globo ocular); o en el caso de que se padezca el ojo seco o glaucoma.
“Lo primero que hacemos cuando llega un paciente es descartar cualquiera de estas causas o que haya algo que está produciendo la fotofobia que sufren”, explica el oftalmólogo. Una vez descartados estos motivos, se recomienda evitar luces intensas.
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Brillos al conducir
Entre las recomendaciones, y como alternativa para soportar lugares con mucha luminosidad, se encuentran las gafas de sol pero, sobre todo, resalta el doctor, las gafas polarizadas. “Estas lentes quitan algunas longitudes de la luz. Así se eliminan los brillos producidos por superficies horizontales, como por ejemplo el reflejo de la luz sobre el mar o los brillos de las carreteras”, declara. “También las lentes que cambian de color dependiendo de la luz”. Se trata de las lentes fotocrómicas, que se adaptan a la luminosidad del momento.
“La fotofobia la tiene casi todo el mundo. Si sales de un sitio oscuro a la calle molesta la claridad”, comenta el doctor. Sin embargo, hay circunstancias por las que se debería acudir a un especialista. “Puede ser un signo de que algo que está pasando no funciona. Cuando se tienen migrañas, si se ha tenido un traumatismo, cuando son severas, dolorosas o limitan la actividad normal, vienen con dolores de cabeza asociados o se tiene el ojo rojo debe consultarse con los especialistas”, explica. También hay que ir al médico si esta intolerancia viene acompañada de pérdida o algún trastorno de visión.
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