Que sueñe en grabarse para la eternidad el nombre de la persona que lo tiene apasionadamente enamorado en la piel o que a los 18 años, como un gesto de rebelión, desee tatuarse un dragón en el pecho, más vale pensarlo dos veces antes de pasar a los hechos.
PUBLICIDAD
Estudios muestran que cada vez más estadounidenses se tatúan (uno de cada cinco adultos, según uno de ellos), pero también que cada vez más se arrepienten de haberlo hecho.
“En los últimos cinco años, hemos visto un gran aumento de la cantidad de personas que buscan que se les saque un tatuaje”, dice Dan Mills, presidente de la Asociación Estadounidense de Cirugía Plástica Estética (ASAPS).
Según ASAPS, el año pasado 46.500 estadounidenses recibieron un tratamiento para borrarse un tatuaje, lo cual representa un aumento de 39,4% comparado con el año anterior.
“Mucha gente se los hace borrar porque no quieren que sus hijos los vean y luego vayan a hacerse un tatuaje ellos mismos”, relata Mills, que trabaja en la región de Los Ángeles, la meca del tatuaje en Estados Unidos.
“Y algunos se los sacan porque hay muchos patrones que no emplean a alguien que tenga un tatuaje visible”, agrega.
– Un largo tratamiento –
PUBLICIDAD
“Tenemos pacientes de 16 a 70 años, pero la principal franja etaria es de 25 a 40 años”, cuenta Corey Ordoyne, directora de operaciones clínicas en las cuatro clínicas del doctor Tatoff en Los Ángeles.
Señala que las mejoras en la tecnología y tratamientos de láser ha contribuido al aumento de personas que buscan borrarse tatuajes.
En el tratamiento, primero se suele adormecer la piel con una crema anestésica y luego aplicar láser para romper el color del pigmento con un rayo de alta intensidad que hace que la piel absorba la tinta.
Gill Creshaw se dobla de dolor durante los pocos minutos que dura su sesión de tratamiento con láser.
Después de la irradiación le aplican una crema de aloe vera sobre las pequeñas ampollas que se formaron y le envuelven el brazo en gaza y lo enfrían.
“Quema, pero de noche ya será como si nunca hubiera ocurrido”, asegura y se alegra de poder contar con una piel lisa en diciembre, tres años después de haber iniciado el tratamiento.
El tiempo que lleva borrar un tatuaje depende de su tamaño y va desde unos meses a varios años.
– La cara de la infidelidad –
Teddy-Joe Hayes, de 37 años, no puede esperar para borrarse el tatuaje de la cara de su exesposa, ya tiene agendada una cita para comenzar el tratamiento.
“Llevábamos 10 años juntos y para su cumpleaños – hace casi un año – me tatué su retrato en mi brazo, como una muestra de mi compromiso con nuestra familia”, relata Hayes, él mismo tatuador .
Dos meses más tarde descubrió que su esposa le era infiel.
Vía AFP
.-
Gracias a todos los que colaboraron con la Reciclatón.