En un momento tenía que pasar. Un policía en retiro ahuyenta a los jugadores de Pokémon Go que asisten masivamente al monasterio Santa Catalina, en Arequipa, porque figura en el juego como una poképarada.
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Eloy Vera, quien se encarga de vigilar el monasterio, señaló que “los jóvenes están con sus aparatitos ahí malográndose la mente”.
Las imágenes de Latina muestran al hombre llamando la atención a varios jugadores que se detienen en las paredes del recinto para capturar pokémones. Él dice no estar en contra de la tecnología, sino de fomentar el respeto por el lugar santo para los creyentes.