El narcisista. Solo se pueden comprometer con una persona: ellos mismos. No gastes energías en él. Tienen tiempo para mejorar su imagen o alagarse a sí mismo, pero nunca lo tendrán para tí. Salvo que seas un espejo.
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El inmaduro o eterno adolescente. Un hombre grande que sigue viendo dibujos animados nunca va a querer establecer un compromiso. Es demasiada presión para ellos.
El tacaño. Hay hombres que consideran que una boda es entrar en demasiados gastos: la fiesta, la comida, la iglesia, la luna de miel, el anillo, el vestido… Les parece un desperdicio de plata. Estos hay veces que tienen prioridad en el dinero más que en el amor.
El rock star. Este tampoco pasará nunca por el registro civil para poner la firma. No solo los músicos, los futbolistas, los actores, los famosos sienten que tienen mucho que perder si se comprometen con una sola mujer. Al igual que los ‘Don Juan’ que estar atado a una sola dama, por más amor que exista, les cuesta más que a Don Ramón pagar el alquiler.
El workaholic -adicto al trabajo-. Tiene demasiado con las tareas de la oficina, pensar ideas para mejorar las utilidades de la empresa, buscar alternativas para ganar más plata… Demasiado como para pensar en un compromiso. Es más, están tan pendientes y tan concentrados en su vida profesional que casi ni miran a las mujeres.
Por último, el hombre herido. Ese que sufrió por una mujer en el pasado y no lo puede superar. En este caso van a esquivar al compromiso por miedo a volver a sufrir, no se animan a jugársela por ninguna mujer y mucho menos arriesgarse al casamiento.
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