MARCOS CHUMPITAZ
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La piel es un órgano inteligente. Nos refresca en el verano y nos abriga durante el invierno. Sin embargo, es en las épocas de frío donde su función es más vital.
Además de protegernos de toxinas y bacterias, la piel regula la temperatura corporal gracias a sus capilares y glándulas sudoríparas. En término simples, funciona así: cuando hace frío, los capilares se contraen, llega menos sangre a la piel y se produce una pérdida menor de calor.
Sin duda, la piel es un completo aliado de la salud. Sin embargo, como todo órgano, también es susceptible a sufrir de lesiones y daños, y más en los días fríos.
Ocurre que en el invierno, la piel , además de tornarse más seca, renueva sus capas superiores de una manera más lenta. Asimismo, el flujo sanguíneo que recibe es menor y sus mecanismos de recuperación se tornan más restringidos.
‘Todo ello hace que la piel sea más susceptible a las influencias externas como hongos, bacterias y contaminantes’, indica Juan José Quintero, dermatólogo y director de la Clínica Derma Soma Esthetic.
Por ello, el cuidado de la piel debe ser una prioridad en esta temporada. ‘Si bien en el verano, la piel suele estar más afectada por estar sometida a una mayor radiación solar; en invierno, el daño también puede ser importante’, indica.
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Los cuidados van a depender de la zona dónde vivamos. Por ejemplo, si estamos en zonas con mucha humedad, de alguna forma esto ayudará a que la piel no se seque.
Sin embargo, si vivimos en una zona muy seca, se deberán requerir cuidados como la humectación frecuente y la aplicación de un labial protector. Además, hay que evitar el uso de jabones que sequen la piel.
‘En el mercado, hay productos conocidos como Syndets, que son jabones sin detergentes, capaces de limpiar la piel sin irritarla ni secarla. Están indicados para todo tipo de personas’.
Sobre el aseo de la piel en invierno, Quintero recomienda hacerlo con agua tibia, nunca caliente, pues esta pueda liberar la grasa natural que protege la epidermis. ‘La temperatura máxima debe ser 30 a 35 grados’, manifiesta.
Hay que tener también cuidado con el uso de calefacción, tanto en casa como en la oficina, pues estos aparatos pueden dar lugar a la sequedad de la piel.
‘Si tenemos una piel con tendencia a la sequedad, la calefacción puede empeorar el problema. Es preferible no abusar e hidratar la piel siempre’, finaliza el especialista. Más información al 372-7273.
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