Vida y Estilo

México: pueblo vive de coser balones de fútbol

Virginia Ramírez cose balones a mano desde hace 55 años. El arte de coser pelotas de fútbol es un negocio familiar para la mayoría de los residentes de Chichihualco, una pequeña villa en las montañas del empobrecido estado mexicano de Guerrero.

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Pero con una paga de 54 centavos de dólar por cada esférico, el arte ancestral ya no permite a Virginia mantener a su familia.

“No, nos hace falta todo. Como ahorita, no tenemos ni frijoles, ni sal. Andamos ahí, que no tenemos nada’, dice Ramírez.

La selección Mexicana solía entrenar con balones fabricado en Chichihualco, pero esos días son parte del pasado.

Desde que Alberto Morales abrió el primer taller de pelotas en los años 60, la mayoría de los residentes de este poblado viven de esta actividad. Pero el negocio está cayendo.

La competencia de Asia y la emigración de vecinos a Estados Unidos relegaron los balones del poblado al mercado de la recreación.

“Ahorita el balón que están jugando en la primera división es el importado. El importado que muchas veces, pues no lo voy a criticar, pero no da el peso, no da las medidas’, dijo Morales.

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En una región conocida por ser la principal productora de amapola y marihuana, muchos artesanos dejaron la aguja para dedicarse a esos cultivos, una actividad más lucrativa.

Pero unas 40 familias mantienen viva la tradición.

“Yo cuando mucho me hago cuatro balones al día, y bien cansado, desde la mañana. Y a diez pesitos? No sale’, dijo Erasmo Flores, costurero de balones de Chichihualco.

A pesar de que su época dorada ya pasó, los balones hechos a mano en Chichihualco siguen reuniendo aficionados en las canchas de todo México.

Pero los habitantes del pueblo se preguntan cuándo llegará el momento de dejar las agujas definitivamente.

Fuente: AFP

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