Si hay algo que tenemos que aprender en la vida, no es necesariamente a vencer, sino a nunca darse por vencido. Creo que todos somos conscientes de que el ejercicio es uno de los pilares de nuestra salud. Pero como muchas cosas en la vida, aunque sepamos las verdades, no las practicamos. Cuando bien en el fondo de nuestro ser sabemos que la constancia es un elemento fundamental para conseguir el éxito.
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Muchas veces, la falta de resultados puede llegar a desmotivarnos con el tiempo. Hay cosas importantes que debes tomar en cuenta para que esto no suceda y puedas lograr todo lo que te propones. Aquí te nombraré algunos factores para que seas constante en el entrenamiento hasta obtener resultados óptimos
Un gran gasto calórico o un entrenamiento exigente suele causar posteriormente una sensación intensa de hambre, así que es muy importante alimentarse con conciencia cuando esto sucede. Consumir los alimentos inapropiados y no recuperarte como deberías, solo logrará que en las próximas horas vuelvas a sentir hambre. Para que esto no suceda y no ganes peso en lugar de bajar, te recomiendo que lo que elijas comer esté lleno de proteínas y carbohidratos saludable, sin exceder las 200 calorías. Si tienes una comida principal después de ejercitarte y aún quedas con hambre, es muy probable que necesites un snack previo al entrenamiento.
Otro factor importante es la variabilidad de tipos de entrenamiento. Si realizas siempre el mismo tipo de ejercicios, sin variar la intensidad, puede que en un corto periodo de tiempo ya no notes una evolución ni en tu performance ni en tu composición corporal. Lo que sucede con frecuencia es que tus músculos se adaptan rápidamente a esas demandas fisiológicas, lo cual es una manera segura de impedir una real pérdida de peso (el cuerpo está diseñado para ahorrar energía). Para evitar este problema, te recomiendo mezclar y variar tus entrenamientos. Por ejemplo, puedes incluir intervalos en tu running, correr en pendientes o escaleras, atreverte a hacerlo en diferentes superficies, entrenar trabajos de fuerza en circuitos indoor, probar bicicleta, etc.
También debes considerar que un buen entrenamiento no requiere de muchas horas. Si es eficiente, manejando correctamente las intensidades, debe durar no más de 45 minutos o una hora. Las correctas adaptaciones se darán con una buena alimentación y el descanso necesario, ambos factores claves, tanto como el entrenamiento en sí. Por ello, tampoco es ideal sentir dolor después de cada entrenamiento. La eficacia del entrenamiento no está relacionada directamente a la intensidad del dolor que sientes. Es normal sentir dolor tras las primeras 2 o 3 sesiones de entrenamiento después de un largo periodo de descanso o por un cambio de intensidad, pero eso no debe suceder con frecuencia. El dolor muscular es resultado de microdesgarros dentro de las fibras musculares trabajadas, las conocidas agujetas. La idea, para permanecer constante, es poder entrenar casi a diario y disfrutar del entrenamiento y el esfuerzo.
Y un tercer punto, que considero el más importante: no esperes resultados de inmediato. Los resultados reales y permanentes no suceden de la noche a la mañana en ningún aspecto de la vida. No existe una solución rápida y menos con el cuerpo. ¿Sabes científicamente por qué? Porque para que puedas ver resultados reales primero debe adaptarse el sistema nervioso, y eso tarda varias semanas. Sí, te sentirás más fuerte, pero los resultados reales de ganancia de masa muscular no se producen hasta que este proceso esté totalmente completo. Así que, paciencia, y a disfrutar de nuestro cuerpo y la actividad física, porque estamos hechos para movernos, para estar vivos.