Un niño francés de cinco años salvó a su padre, que acababa de sufrir un infarto, al recorrer más de tres kilómetros en bicicleta, de noche y bajo la lluvia, para pedir ayuda, contó este sábado un automovilista que lo recogió al borde de la carretera.
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“Estaba en chanclas y en pijama, pero se había puesto un abrigo. Estaba empapado, tembloroso. Hacía un día de perros”, dijo el agricultor Jean-François Pinot, que encontró el miércoles al niño Kevin-Djene, a las afueras del pueblo de Saint Pierre La Cour, en el oeste de Francia.
Según el diario regional Ouest-France, el niño salió de casa tras ver cómo se desplomaba su padre. Dejó a su hermana de dos años al lado del hombre inconsciente y se subió a su bicicleta para ir a buscar a su madre, que trabaja de noche, a unos 12 kilómetros de su casa.
Pinot vio al niño sobre las 21H15 GMT, al borde de la carretera, después de que varios coches que circulaban en dirección contraria le llamaran la atención con las luces largas de su vehículo.
“Me dijo ‘mi papá ha muerto’. Lo puse dentro del coche mientras otro automovilista llamaba a los servicios de emergencia”, contó Pinot. El niño no lograba dar su apellido ni su dirección. “Lloraba pero a veces se calmaba. Tenía lucidez, pero la lucidez de un niño de cinco años”, añadió. “Decía: ‘mañana estaré cansado para ir a la escuela’”.
Contactado por los bomberos y la gendarmería, Claude Le Feuvre, el alcalde de Saint Pierre La Cour, una localidad de 2.000 habitantes, logró relacionar al niño con una familia de su municipio.
Mientras los bomberos recuperaban al niño en el vehículo de Pinot, los servicios de emergencia acudieron a su domicilio y trasladaron al padre al hospital, donde el personal médico le salvó la vida.
“Sólo cumplí con mi deber, asistir a una persona en peligro”, dijo Pinot, al que no le hace mucha gracia su repentina exposición mediática.