La broma de asustar a los gatos con un pepino es tendencia en Internet desde inicios del 2015, cuando un japonés subió el primer video de esta jugarreta. ¿Pero por qué tienen tanto miedo a un simple pepino? La verdad es que esta broma resulta perjudicial para el gato, y no tiene nada de divertido.
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El biólogo Jerry Coyne señala en su blog que su hipótesis “es que los gatos tienen una predisposición genética a tener miedo de las serpientes —una predisposición inculcada por sus antepasados a través de la selección natural. Es evidente que los gatos salvajes que no tenían tendencia a evitar los objetos largos, finos y desconocidos no habrán dejado tantos genes como los que sí tenían el reflejo del sobresalto”.
Por otro lado, el especialista en comportamiento animal Roger Mugford cree que se debe al miedo a lo desconocido.
“Creo que la reacción se debe a la novedad y lo inesperado de encontrarse con un objeto inusual, secretamente colocado mientras tenían sus cabezas sumergidas en el plato de comida. (…) Sospecho que habrían tenido la misma reacción con una araña de juguete, un pez de plástico o una máscara con un rostro humano”, señala.
El problema de asustar así a los gatos es que estos asocian la amenaza con la seguridad que sienten en el espacio donde viven. Esto puede producir en el futuro un comportamiento agresivo.
“Si le has gastado esta broma a tu gato, es posible que sin darte cuenta le hayas inducido un miedo permanente a los pepinos. Reaccionan así porque creen que algo les va a hacer daño. Y lo estás provocando tú, en tu casa, donde deseas que se sientan seguros y protegidos”, dice Lara Chan, técnica de un hospital para gatos.