Las personas altas, sobre todo en el caso de las mujeres, estarían más expuestas que las bajas a desarrollar cánceres, según un estudio cuyo interés es discutido por ciertos expertos.
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Según un amplio estudio realizado en más de cinco millones de suecos adultos nacidos entre 1938 y 1991, el riesgo de cáncer aumentaría un 10% en los hombres y un 18% en las mujeres por cada 10 cm de diferencia.
Esto significa que una mujer de 1m72 de estatura tiene un 18% más de posibilidades de tener cáncer que una mujer de 1m62.
Los resultados del estudio, que todavía no ha sido publicado, fueron presentados en Barcelona, en una conferencia de la Sociedad Europea de Endocrinología Pediátrica, por el doctor Emeli Benyi, del instituto sueco Karolinska.
Estudios anteriores habían establecido una relación entre la talla y el cáncer, pero sobre la base de paneles mucho menos importantes.
El estudio sueco encontró que las mujeres altas tienen un riesgo 20% superior de contraer un cáncer de mama por cada 10 cm suplementarios, mientras que hombres y mujeres de gran talla corren un peligro 30% superior de contraer melanomas.
El estudio ha sido recibido con circunspección por los expertos, que no ven grandes novedades y subsisten incertidumbres, sobre todo relacionadas con la consideración de otros factores de riesgo (tabaquismo, herencia, obesidad, sedentarismo…) de los cánceres.
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“Aunque el estudio es sólido (…) no veo en qué podría contribuir útilmente a la prevención del cáncer”, estima el profesor David Coggon, de la universidad británica de Southampton, en alusión a la imposibilidad de modificar la talla.
Para el profesor Mel Greaves, del Instituto de Investigación del Cáncer en Londres, “las personas de gran talla no deben inquietarse” más de la cuenta ya que los principales factores de riesgo no incluyen la talla.