En este suburbio de clase media baja de Ciudad de México, Claudia, de 15 años, se prepara un día especial.
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Un largo vestido, la cara maquillada y el pelo arreglado, será el centro de atención de sus amigos y familiares.
Latinoamérica celebra con lujo esta fecha, considerada el paso de la niñez a la vida adulta.
A más de 4.000 kilómetros, en capital colombiana, también es el gran día de Catalina.
Limusinas, salones de baile despampanantes, se hace de todo para marcar esta transición de niña a mujer.
Pero para la familia de Catalina fue un gran sacrificio.
Una industria ha nacido para satisfacer esta tradición. México tiene tres exposiciones gigantes al año.
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Aquí se muestran coches de lujo, dj’s, vestidos, maquillaje y hasta anticonceptivos.
A pesar de los costos y las críticas de que la tradición es cursi, obsoleta y patriarcal, las celebraciones de quinceañeras han aumentado en popularidad en los últimos años.
Tan sólo en México, con más de 200.000 fiestas al año, la fiesta que está lejos de terminar.