Bailes en las calles de la dividida Alepo, en Siria. Alguna vez ésta fue una escena común en una ciudad famosa por su vida nocturna. Pero tres años de guerra civil mantienen a los fiesteros temerosos en casa.
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A medida que el conflicto se acerca a su cuarto año y la ciudad queda dividida entre los rebeldes y las zonas de régimen, una frágil estabilidad ha calmado un poco de ese miedo.
‘Siempre vengo aquí y también mis amigos, tratamos de vivir una vida normal. Al principio teníamos miedo, pero ahora no nos importa”, señala Hussam Shaaban, un vendedor de autos.
Los cortes de energía frecuentes hacen que muchas personas prefieran ir a un café con generador en lugar de quedarse en casa en la oscuridad.
El famoso Cafe Fayruz en el exclusivo barrio de Mogambo, los chismes y risas reinan en la noche. Pero la guerra sigue siendo algo latente.
“Vivimos una vida normal, pero todavía tenemos dolor en nuestros corazones, si tan solo pudiese ser posible ir a una cafetería cerca de la ciudadela o quedarse en las casas en la ciudad vieja, donde está la historia”, señala un estudiante.
En las partes controladas por los rebeldes de Siria, los bombardeos, puestos de control y lucha por el dominio de la ciudad actualmente dividida, hace que salir por la noche sea un asunto arriesgado.
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“La situación es diferente de cómo era antes, había muchas opciones y muchos restaurantes diferentes. Ahora estamos limitados a pocas opciones. La otra diferencia es que ahora hay bombardeos y combates nocturnos. No es tan seguro como solía ser para pasear por la noche’, cuenta Riad al-Hassan, residente de Alepo.
Restaurantes como éste dependen de la seguridad y la protección proporcionada por los rebeldes y combatientes.
Que también necesitan un buen lugar para tomar un descanso con amigos.
“Los jóvenes vienen aquí hasta las 1:00 o 2:00, somos el restaurante de los combatientes. Gracias a Dios, somos populares. La situación es muy buena y muy segura. Hay coches en la calle hasta las 1:00 o 2:00 am … Usted puede ver por sí mismo lo bien que lo estamos haciendo”, cuenta Hassan Abu Sami, dueño de un restaurante.
El entretenimiento llega también de la mano de música tradicional y poesía.
Ya sea en las discotecas en zonas del régimen o en los distritos rebeldes más conservadores, los residentes de Alepo poco a poco salen con más opciones para pasar las noches.
Ya sea en las discotecas en zonas del régimen o en los distritos rebeldes más conservadores, los residentes de Alepo están lentamente saliendoo con más opciones para pasar las noches.
