Los hornos microondas sufren desgaste con el uso diario y podrían dejar escapar algo de radiación, por lo que lo más conveniente es renovarlos luego de cinco o seis años, recomendó hoy el especialista del Inictel, Javier Samaniego.
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“Para usar este tipo de aparatos, las puertas deben abrirse y cerrarse constantemente por lo que con el tiempo las junturas se van desgastando y por allí dejan salir algo de radiación, explicó.
Si bien no está comprobado que ese nivel de radiación genere algún problema de salud y que aún existe un dilema en ese sentido, lo mejor es evitar la exposición como una medida de precaución, señaló.
Explicación
Explicó que una vez que el horno microondas se apaga las ondas electromagnéticas desaparecen y no se acumulan dentro de los alimentos y el vapor que se aprecia al abrir la puerta es producto del calentamiento de los líquidos que tiene la comida y no de la radiación.
Samaniego anotó que lo que se presume es que la cocción de los alimentos en horno microondas no debería significar ningún riesgo para salud pero – señaló – aún se necesitan más estudios de investigación.
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Indicó que el equipo de investigadores del Instituto Nacional de Investigación y Capacitación de Telecomunicaciones (Inictel) de la Universidad Nacional de Ingeniería ha realizado muchos experimentos que han permitido comprobar que la radiación no escapa por los lados del aparato, pero sí puede hacerlo en algunos casos por la puerta.
Mejor alejarse
En una demostración con equipos de medición del Inictel en un horno con varios años de uso, se pudo comprobar que a 10 centímetros de distancia de la puerta la radiación alcanzaba los 17 voltios por metro, mientras que a 10 metros de distancia la intensidad descendía considerablemente a 0,005 voltios por metro.
“Por eso, dijo, lo aconsejable es colocar los alimentos a calentar o cocer en el horno y alejarse a más de un metro de distancia del mismo”, anotó.
Samaniego dijo que en las casas generalmente la gente pone a calentar algo y se va a hacer otras cosas, pero en los centros laborales los trabajadores suelen quedarse cerca esperando por sus alimentos calientes, recibiendo innecesariamente esa radiación.
Insistió finalmente que aunque no se haya confirmado que las ondas electromagnéticas no ionizantes causen daño a la salud lo mejor es tomar precauciones.