1. El hábito de ducharse todos los días ayuda a prevenir toda clase de infecciones y enfermedades. Purifica nuestra piel de un sinnúmero de bacterias.
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2. Tener una apariencia limpia mejora el aspecto de las personas. Es un punto clave para generar una buena impresión en los demás, tanto en el ámbito laboral, así como en el social.
3. Una ducha cotidiana ayuda a eliminar los olores molestos de la transpiración, y otros fluidos corporales que son producidos naturalmente por las personas.
4. Los jabones y lociones de baño revitalizan nuestra piel, por lo que colaboran con el cuidado dermatológico de la misma, humectándola para prevenir la resequedad.
5. Lavarse el cabello previene la aparición de piojos y liendres. Además, la acumulación de grasa en el cuero cabelludo puede generar un olor desagradable y mal aspecto físico.
6. El acné, en algunos casos, puede ser producto por exceso de grasa en la piel. Al ducharse todos los días, ayuda a combatirlo.
7. Una buena ducha ayuda a liberar el estrés de la vida cotidiana. Por las mañanas, también es una buena forma de comenzar el día, refrescándose de las horas de sueño.
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8. El transporte público, y otros lugares concurridos, representan un mayor peligro para el contagio de infecciones. Por ello, quienes lo utilizan, deben bañarse con frecuencia.
9. Además de la ducha, es muy importante lavarse las manos varias veces al día. Especialmente, después de ir al baño o antes de ingerir algún alimento.
10. Asimismo, cortarse las uñas y limpiarse los oídos, colabora con la higiene personal. El uso de ropa limpia y la aplicación de desodorante también es fundamental para oler bien.