La primera vez que Armando Rodríguez llegó a Tarapoto, este terreno, situado en el fundo Lituania, estaba pelado. Tenía pocos árboles y la tierra era explotada para sembrar caña de azúcar y para que el ganado pastee. Pocos se imaginaban este espacio lleno de árboles y vegetación: de sus 15 hectáreas, menos de la quinta parte conservaba algo de bosque.
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Rodríguez había trabajado unos años en Cusco y Madre de Dios en el sector turismo. Era 1985 y viajando por el Perú en busca de un lugar donde vivir, llegó a este indefenso predio para ver lo que nadie más. Lo compró y llamó Tambo Ilusión.
Esa era su casa, lo supo desde que lo vio. El plan consistiría en combinar la conservación, el ecoturismo y la Permacultura. Esta última, una filosofía de vida que tiene como base el yoga, la meditación y la medicina natural para lograr la plenitud.
Sin embargo, el terror alejó a Armando de sus sueños. Sendero Luminoso y el narcotráfico convirtieron al departamento de San Martín en un lugar inseguro en la segunda mitad de los años ochenta. Con mucha pena, Rodríguez tuvo que irse. Durante su ausencia, lo poco que había avanzado recuperando el bosque se perdió.
Entre idas y venidas, en el 2003 reinició su labor de recuperación del bosque. Reparó su casa que estaba derruida y empezó a reforestar con la ayuda de la Municipalidad distrital que le donó plantones forestales. Fue construyendo poco a poco todas sus instalaciones.
Y hoy han pasado menos de diez años y casi toda su propiedad es bosque. Él mismo afirma que el suyo es uno de los pocos que se puede encontrar en los alrededores de Tarapoto. Tiene en la entrada un manantial en el que los visitantes aprovechan para nadar, refrescarse y ver a las aves que vuelan en el lugar.
Rodríguez afirma que su sitio, a un lado de la cadena de montañas Cordillera Escalera y del valle del río Mayo, ‘es una joya’ y ‘un santuario para aves’. A su vez, este sirve de descanso necesario ante los más de 30 grados centígrados que suele estar Tarapoto. Como para recostarse en las hamacas y disfrutar del viento que refresca todo tu cuerpo. En el 2010, el Estado le dio su reconocimiento como Área de Conservación Privada (ACP) Tambo Ilusión y Armando se ha comprometido a proteger este lugar por los siguientes diez años con opción a renovar.
Armando aprovecha la oportunidad y promueve la meditación, el yoga y un estilo de vida natural siguiendo la filosofía de la Permacultura. Por ello, te recomendamos armar un grupo y visitar este rincón del departamento de San Martín en donde conectarse con lo que te rodea es una opción de vida.