1. Los porteros: Esta clase de pasajero tiende a acomodarse frente a las puertas de acceso, y por lo general, abundan. No importa que sus paraderos sean distantes, o que el resto del bus esté vacío. A ellos les gusta quedarse frente a la puerta, y cuando se acumulan, dificultan el ingreso y la salida.
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2. Las tortuguitas: Vas muy apurado, se te hizo tarde. El bus que debes tomar para llegar a tu destino está llegando. Empiezas a correr y tienes que esquivarlos, pero a ellos no parece importarles. Incluso, en hora punta, pueden llegar a generar tráfico.
3. Los novatos: Te encuentras en una estación que no tiene ventanilla, y solo cuenta con una máquina dispensadora de tarjetas. La cola para hacer las recargas se vuelve eterna, porque un par de debutantes no está familiarizado con el funcionamiento del servicio.
4. Los temerarios: Empieza a sonar la característica alarma que indica que las puertas del bus están por cerrarse. Incluso, una luz roja se enciende intermitentemente. Al pasajero temerario, eso parece no importarle, y pega un brinco para ingresar como sea. Por lo general, su cuerpo es aplastado por las puertas, y el chofer tiene que abrirlas de nuevo.
5. Los postes: Algunas estaciones comparten un mismo paradero para diferentes rutas. En ellas, es común encontrar a los ‘postes’, parientes lejanos de las ‘tortugas’. Ellos nunca dan un paso al costado, y permanecen en la cola, inamovibles, dificultando el tránsito de las personas que sí están interesadas en subir o bajar del bus que ellos no utilizarán.
6. Los colones: Se les puede encontrar con bastante regularidad en todos los lugares donde exista una cola. Ya sea en el supermercado, el cine, un concierto o el transporte público. A ellos no les importa que, durante la hora punta, numerosos pasajeros esperen pacientemente la llegada de los buses. Son profesionales y especialistas en colarse.
7. Los justicieros: Creen en el correcto cumplimiento de las normas del transporte público, por lo que tienen la necesidad de asumir el rol de voceros de la ley. Abuchean a los ‘colones’, discuten con los ‘postes’, graban a los ‘matones’ y dan atención a los ‘novatos’. Esto no tendría nada de malo, pero como nunca se callan, pueden llegar a caer pesados.
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8. Los matones: El chofer informa a todos los pasajeros que no puede continuar con su recorrido regular, debido a un problema mecánico. Siguiendo las órdenes de sus superiores, se detiene y le pide a los pasajeros que bajen del bus. Entonces, los matones, aprovechan esta situación para desencadenar actos de violencia y agresión.
9. Los románticos: En numerosas películas y series de televisión, las propuestas de matrimonio en lugares públicos son percibidas como un acto absolutamente romántico. Empero, cuando se trata de nuestro Metropolitano, la misma imagen podría verse un poco distorsionada. No es el mejor lugar del mundo para sentir ‘maripositas’, ¿o sí?