El estudio difundido este jueves fue encargado por la cadena de televisión británica Gold, está realizado entre 2.000 adultos y enumera los 30 signos que anuncian ese paso en la vida del británico medio, aunque suenan universalmente familiares.
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A los indicios ya enumerados, se le suma tener su propia silla, una manera particular de bailar que incluye un contorneo lateral y tocar la batería o la guitarra sin tener una entre manos, no conocer ni uno solo de los artistas del top-40 y pasar más tiempo en el baño.
Otros signos de la catástrofe: avergonzar a los miembros más jóvenes de la familia y encontrarlo divertido, hablar demasiado alto por teléfono, obsesionarse con el termostato, disfrutar regando el césped, quejarse de la música alta y preferir los libros de historia.
Cuestionar el argumento de una película “eso es imposible”, o invertir más en zapatos, son otros.
“El futuro es brillante para los hombres, dormir más, tener tu silla, soltarse en la pista de baile y encontrarse divertido, parece que los 38 son la edad a la que los hombres pierden oficialmente sus inhibiciones”, dijo Steve North, director general de Gold, una cadena dedicada a las comedias.