Vida y Estilo

Corre en concreto: el camino es tu amigo

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Romina McGuinness, Metro World News

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Eres más feliz en el gimnasio y lo entendemos: uno siempre tiene miedo de tropezarse, caer contra el pavimento y romperse las rodillas… o las costillas, los hombros o la cara. Sí, estar dentro del gimnasio significa no lidiar con el sol, el smog, los alocados conductores y todo eso. Lo sabemos bien, pero no es más seguro. Ahora, deja de ser cobarde y sal a la calle, pero antes, asegúrate de estar haciendo bien las cosas.

‘Correr es uno de los movimientos más naturales para nuestro cuerpo, tan instintivo como dormir o caminar. Sin embargo, muchas veces lo hacemos mal’, le dice a Publimetro el personal trainer Scott Francis.

Con las zapatillas correctas y una técnica decente, salir a correr a la calle te hará más fuerte y te pondrá en forma. Esperamos poder convencerte:

¿Quieres ser más rápido y fuerte? Sal a la calle Correr en exteriores tiene una mala reputación por muchas injustas razones, pero el hecho de que sea duro hacerlo no significa que te haga daño, afirma Scott Francis: ‘Afuera, tu cuerpo puede moverse libremente a derecha a izquierda’, nos dice Francis.

Nick Anderson, entrenador de corredores y representante de la marca de zapatillas para correr Saucony, piensa lo mismo que Francis: ‘Incluso si corres en una pista que sientes plana, el pie tiene que ajustar su ángulo cada vez que toca el suelo, pues siempre será algo desigual. Los músculos tienen que trabajar duro para estabilizar el pie cada vez que se impulsa, lo que significa que uno hace un mejor ejercicio afuera que sobre una faja para correr’, explica.

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Uno también puede lesionarse en el gimnasio, por lo que mucha gente está equivocada si piensa que se está protegiendo más al no correr en exteriores: ‘Uno va mucho más rápido en una cinta corredora, mucho más de lo que iríamos en la calle… pero no tiene nada que ver con la velocidad. La superficie de la máquina es completamente plana. Uno no corre, sino que va saltando una y otra vez. En la corredora estamos en un limbo. Estamos desbalanceando a nuestra cadera y rodillas más de lo que lo haríamos saliendo a correr en la calle, haciéndole a la larga mucho daño a nuestras articulaciones’, advierte Francis.

No hay una manera apropiada de correr Existe el mito de que mientras más largas sean nuestras zancadas, más rápido correremos: falso. Poner tan adelante el pie puede causar una gran tensión a nuestro cuerpo.

‘Mantente erguido, con una ligera inclinación hacia adelante. Da pasos cortos y deja que tus pies caigan debajo de tu cuerpo y no adelante. De esa forma, menos tensión viajará a lo largo de todo tu cuerpo y te sentirás más ligero a la hora de correr’, recomienda Anderson.

Selecciona las zapatillas perfectas para ti El calzado es el último elemento de la ecuación. Obviamente, antes deberías haber analizado tu modo de correr para hacer la experiencia de salir a trotar más placentera.

‘Estamos soportando de 3 a 7 veces nuestro peso cada vez que nuestros pies tocan el piso cuando salimos a correr. Por eso, el calzado no solo tiene que ser de buena calidad, sino que tiene que calzar con nuestra forma particular de correr’, nos dice Anderson.

‘La gente tiende a comprar sus zapatillas una talla más pequeña por el temor de que se le salga a la hora de correr. Pero el pie se expande a medida que pisamos, por lo que necesitamos un calzado que deje un espacio aproximado de medio pulgar en la parte delantera. Lo ideal sería que cada uno analice su arco del pie (algunas tiendas de calzado lo hacen de forma gratuita) con el fin de averiguar cómo el pie golpea el suelo’, dice Francis. Lo mejor es probar varios pares y buscar diferentes marcas, asegurándote de que la zapatilla se haya diseñado con buenos mecanismos de amortiguación y agarre al terreno.

Una vez hecho todo esto, uno ya está listo para salir a correr a la calle.

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