En su recién inaugurado bistró, a solo una cuadra de la Plaza San Martín en el Centro de Lima, Pamela de Smedt rescata los mejores platos de Bélgica gracias a las recetas que le dejó su abuela Eliane Blanchaert, nacida en este país europeo.
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En menos de dos meses (abrió el pasado 2 de enero), el pequeño establecimiento de nombre Blanchaert Bistró ha logrado fidelizar a numerosos clientes, que un día probaron una gastronomía de la que poco o nada habían escuchado hablar.
‘Nuestros platos belgas son sencillos y muy familiares, de sabores muy parecidos a los caseros’, cuenta a Publimetro Pamela (33), quien estudió Administración con especialización en restaurantes. Su carta incluye pacientes elaboraciones como la carbonada flamenca: un braseado de res de seis horas de cocción con manzanas, pan y un poco de cerveza negra.
Otra delicia ideal para combinar como piqueo junto a los 16 tipos de las famosas cervezas belgas que se ofrecen, son las papas fritas. ‘Son crocantes y mucho más largas y gruesas que las peruanas’, dice.
Según resume De Smedt, sus platos son ‘sencillos pero bien trabajados y con un insumos de calidad’. Como postres, destacan los wafles belgas con nutella y chantilly y una torta de albaricoque con coco y manjar blanco.’Para nada son empalagosos’, asegura.
La empresaria, que por años trabajó en Cala Restaurante, sueña con comenzar a llenar muy pronto los dos pisos que tiene su establecimiento, cada uno con capacidad para 20 comensales. Otro imperdible: las cucharetas de la boma, un estofado de col morada, manzanas, mostaza y laurel, servido con un chorizo a las finas hierbas. ‘Es mi plato favorito’, afirma.