Luego de varios años, el sueño de Gastón Acurio se hizo realidad. La Casa Moreyra buscará convertirse en el nuevo centro gastronómico que intentará fusionar en una mezcla perfecta la vanguardia culinaria con la herencia prehispánica.
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“El restaurante será un avance de lo que estamos tratando de construir: la vanguardia peruana. Tiene que proponer un mundo único y original, que no es repetible en otro lugar”, declaró Acurio en una entrevista al diario El Comercio en el 2011.
Y así fue, el reconocido chef peruano se asoció con los jóvenes arquitectos de “51-1” quienes forman parte de Super Sudaca, una empresa especializada en trabajar de la mano con el cliente para crear conceptos y “aterrizarlos en propuestas vanguardistas, amigables con el medio ambiente y respetuosos con la tradición”, asegura la revista Caretas en su edición del jueves 06 de febrero.
Si bien, el proyecto estuvo listo desde el 2011 y contó con la venia del Ministerio de Cultura, la burocracia municipal retrasó el ambicioso proyecto.
Los arquitectos en su afan por entender el valor histórico de la Casa Moreyra constataron que previo al dominio español, las tierras pertenecieron al curacazgo de Huatica y por donde hoy es la calle Camino Real pasaba un camino inca por donde seguramente se transportaban alimentos, asegura el semanario.
Asimismo, en el siglo XVI las tierras las compró don Antonio de Ribera, quien sembró luego los primeros olivos en El Olivar en San Isidro, distrito que además tiene como patrono a San Isidro, el santo de los labradores. Un registro histórico que refleja, más allá de la coincidencia, el inmenso valor de la casa-hacienda.
El restaurante tiene tres ambientes y a cada uno de ellos se les dio un tratamiento diferenciado: el comedor tiene un diseño minimalista en donde se servirán los menús de degustación; los privados; y la barra, cuyo techo estará cubierto de hierbas que son utilizadas para consumo de la coctelería.
Otro de los territorios de la Casa Morerya es el Edén, una huerta jardín en forma de espiral que tendrá en el centro un árbol de la quina (que figura en el escudo nacional de Perú) al que solo podrán entrar niños de entre 5 y 7 años que todos los días tendrán clases de biodiversidad, y el taller donde se dirigirán todas las investigaciones.
El próximo 16 de febrero el nuevo establecimiento se inaugurará con un diálogo entre chefs y periodistas especializados. Entre los participantes se encuentran: Ferrán Adrià, Joan Roca (Celler de Can Roca), Luis Andoni Aduriz (Mugaritz), el editor Howard Chua; representantes de productores pesqueros y agrícolas, los líderes de las carteras de Agricultura y Producción, y estudiantes de las dos principales escuelas de gastronomía de Lima.
El local cerrará durante unas semanas y se abrirá al público en marzo.