Por: Sabrina Rodríguez
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El Perú fue el primer país del mundo en tener una Ley del Reciclador. Gracias a esta norma, las más de 100 mil personas que se dedican al reciclaje, hoy tienen la posibilidad de formalizarse y capacitarse con la ayuda de los municipios y los propios vecinos.
Como señala Albina Ruiz, presidenta de la ONG Ciudad Saludable, la promulgación del reglamento de la ‘Ley que regula la actividad de los recicladores’ en junio del 2010 marcó todo un hito, pues ‘se reconoce a los recicladores como parte del sistema integral de gestión de residuos y obliga a las municipalidades a implementar programas de separación y segregación de la fuente con recicladores formalizados’, como comenta a Publimetro.
Gracias a estos cursos de capacitación, los recicladores mejoran no solo sus condiciones de trabajo, sino también su propia autoestima, pues antes se consideraba al reciclaje en la calle una actividad ilegal, que era perseguida y discriminada.
‘Algunos recicladores, cuando los conoces en la calle o en el botadero, no son capaces de mirarte a los ojos y hablan bajito. La capacitación les permite reconocerse a sí mismos, revalorizarse y ser dignos. Es un cambio impresionante’, asegura Ruiz.
Ella nos cuenta que en las capacitaciones se les enseña a loa recicladores diversas cosas, desde qué implementos deben usar en su trabajo, la importancia de su tarea para el manejo de los residuos en la sociedad y hasta los hacen llevar módulos de habilidades sociales y desarrollo de personalidad.
Una de las agrupaciones que promueve este cambio radical de los recicladores peruanos es el Grupo Triciclo Comunicación & Desarrollo de la Universidad Católica (PUCP), formado por cinco egresadas de la especialidad de Comunicación para el Desarrollo.
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El año 2010, como parte de un proyecto para uno de sus cursos de carrera, Lucía López y sus colegas decidieron organizar un programa de capacitación para recicladores.
‘Nos presentamos a un concurso de la PUCP, ganamos y el dinero del premio lo invertimos en organizar la capacitación entre agosto y diciembre del año 2010. Certificamos a 97 personas‘, cuenta López.
La historia se repitió este año. Con el premio de otro concurso, pudieron impulsar un segundo programa entre mayo y agosto. Un total de 76 personas recibieron su diploma, requisito indispensable para formalizarse. ‘Más allá de la ley, es importante que los recicladores sean reconocidos por la sociedad, por las autoridades y por los vecinos’, indica López.
En la misma línea que Ciudad Saludable, el Grupo Triciclo considera que ‘parte de ese reconocimiento al trabajo de los recicladores los ayuda a fortalecerse como grupo y como personas’.