La reciente afirmación de la OMS de que la contaminación del aire es cancerígena puede hacer olvidar que el enemigo de los pulmones para millones de personas está dentro de casa.
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“La contaminación del aire interior es el cuarto factor de riesgo más importante” para la reducción de la esperanza de vida, por delante de la mala alimentación, la hipertensión y el cigarrillo, explica Ross Anderson, profesor de epidemiología y salud pública de la Universidad de Londres.
La contaminación exterior que causan las finas partículas de la industria, el tráfico de vehículos o la calefacción, solo aparece en novena posición de esta clasificación de factores de muerte precoz y discapacidad, correspondiente a 2010 a escala mundial en el marco del proyecto “Global burden of disease” (GBD, bajo la égida de la OMS).
“La contaminación interior la causan principalmente el uso doméstico de combustibles sólidos”, como la leña y el carbón, recordó Anderson en una conferencia que organizó la semana pasada la Unión Internacional contra la Tuberculosis y las Enfermedades Respiratorias.
Cerca de 3.000 millones de personas, sobre todo en los países pobres, utilizan “combustibles sólidos” para cocinar con hornillos rudimentarios o con fuego abierto, recuerda la Unión, una organización fundada en 1920 para luchar contra la tuberculosis.
Estos hornillos rudimentarios emiten partículas finas de monóxido de carbono gas muy tóxico para el hombre y otros contaminantes a niveles “hasta cien veces superiores a los límites que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, según la Unión.
Cocinas ecológicas
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La OMS estima que cada año dos millones de personas mueren debido a los sistemas deficientes de calefacción o cocción. De ellos la mitad, han contraído alguna enfermedad pulmonar obstructiva crónica (MPOC) que afectan en particular a las mujeres.
Los estudios designan tres tipos de enfermedades respiratorias “altamente relacionadas” con la exposición al humo que produce la combustión de leña o carbón: infecciones agudas de las vías respiratorias agudas en los niños, bronconeumopatías crónicas obstructivas y cáncer de pulmón en las mujeres expuestas a los humos del carbón.
Se calcula que cerca de la mitad de las muertes de niños menores de cinco años por infecciones respiratorias agudas se deben a la contaminación del aire interior.
“Estamos todos vinculados por el aire que nos rodea. Debemos considerar la contaminación del aire ambiente como un problema serio de salud a nivel mundial e instar a los gobiernos a que creen una legislación adaptada, en particular para proteger a los niños”, dijo la directora científica de la Unión Paula Fujiwara.
Pero no hay una receta mágica para sanear el aire interior contaminado por la leña o el carbón, dice el profesor Anderson. “No es como los cigarrillos que se pueden prohibir, ya que la gente tiene que cocinar. El proceso será gradual para desarrollar técnicas más eficaces para cocinar y mejorar el hábitat y la ventilación interior”, explica.
La Alianza global para las Cocinas Ecológicas (Global alliance for Clean Cookstoves), cofundada por la OMS, pretende equipar a 100 millones de hogares para 2020 con aparatos de cocina “limpios”.
Esta organización que cuenta con financiación pública y privados, no propone una solución única de “cocina ecológica” al conjunto de países pobres, sino varias tecnologías apropiadas a las culturas de las diferentes regiones del planeta.
En los países ricos donde la contaminación de las viviendas se debe principalmente a los cigarrillos y en menor medida a la humedad, las soluciones son inmediatas, como “deshacerse de los fumadores”, propone Anderson.