La figura materna es habitualmente relacionada con la comprensión, blandura y hasta la condescendencia con los hijos.
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Sin embargo, en tiempos tan vertiginosos como los actuales, donde los niños parecen saberlo todo desde edades tempranas, las madres han tenido que buscar nuevas formas para no perder el principio de autoridad, sin descuidar la cercanía y la característica ‘dulzura’ maternal.
‘La relación madre hijo es muy distinta a la de hace 20 años. Ahora se espera que los niños tengan voz y voto en todo. Pero este deseo de generarles bienestar ha decantado en un fenómeno llamado el del ‘niño tirano’, que es aquel que siente que su palabra es más importante que la de sus padres’, nos dice Juana Pinzas, doctora en Psicología Educacional por la Universidad de Nimega, Holanda.
Pinzas no quiere decir con esto que se deba volver a un paradigma de familia dictatorial. ‘Hay que darles opciones de manera inteligente. Se ha perdido, sobre todo en los padres jóvenes, el concepto de ‘padres continentes’, aquellos que dan límites y orientan sobre lo que es aceptable’, recalca.
Quien también comparte esta perspectiva es Paola Ugaz, periodista creadora del blog Mamacitas de La Mula , espacio dedicado a compartir las experiencias de ser madre.
‘Que los niños sientan que pueden reclamar y ejercer sus derechos es una muestra de la evolución social. Sin embargo, los límites y la disciplina ejercidos de manera razonable son imprescindibles dentro de la relación madre- hijo’, comenta Ugaz.
A estas alturas del texto, muchas madres pueden estar sintiéndose mal por, alguna vez, haberse impuesto de manera totalmente vertical frente a hijos. No lo hagan. ‘A veces es necesario hacerlo’, nos dice Pinzas. ‘En algunas ocasiones no queda otra alternativa que decir: ‘No. Yo soy tu madre. Lo hago por tu bien», explica. Pero hay que tener cuidado.
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Para Ugaz es importante no confundir la autoridad con la violencia. ‘Si por principio de autoridad se entiende gritar y golpear a los hijos, entonces no estamos frente a una autoridad materna real ni ganada’.
‘La autoridad, y sobre todo, una buena relación madre-hijo se va a gestar si el niño percibe que ella está ahí para él, y no solo en el tiempo que le queda luego de cumplir su rutina diaria. Tener un hijo es adquirir una prioridad’, recuerda Pinzas.