Las actrices Kate Beckinsale, Freida Pinto y Melanie Laurent, las modelos Rosie Huntington-Whiteley y Olivia Palermo, la ciclista Victoria Pendleton y la directora de la edición estadounidense de la revista Vogue Anna Wintour fueron sólo algunas de las caras conocidas que descubrieron la nueva colección, bautizada “Trench Kisses” en la primera fila en la carpa con techo de cristal erigida en los jardines de Kensington donde se congregaron 1.500 invitados.
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Apenas empezaron a sonar los primeros acordes de una apasionada versión acústica de “Happy Together”, interpretada por la joven londinense Misty Miller, aparecieron en la pasarela los primeros corazones, pequeños y discretos, bajo una falda de goma translúcida combinada con un top de leopardo.
El romántico motivo salpicó sutilmente el resto de la colección, en blanco sobre un vestido camisero de color burdeos, en chocolate en una nueva versión de la icónica gabardina, o de mayor tamaño en el hombro de un vestido, sin atenuar el estilo y la elegancia moderna de esta marca que se reinventa cada temporada de la mano de su director creativo, Christopher Bailey.
“Me gustó la idea de las emociones y del amor, y de hacer sonreír a la gente”, dijo el propio Bailey a la prensa después del desfile.
“Me gusta la idea de llevar el corazón en la mano, o sea que quise poner estos pequeños motivos de corazón en el desfile”, agregó.
Aunque el creador utilizó, con excepción tal vez del rojo oscuro, una paleta muy otoñal y habitual en la marca; camel, marrón, dorado, blanco y negro; los estampados animales; leopardo, jirafa, cebra e incluso vaca; dieron a las prendas y accesorios un toque salvaje y atrevido.
Bailey apostó claramente por los vestidos, de corte sencillo pero impecable, a menudo ceñidos con un dorado, con falda recta justo por debajo de la rodilla.
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La originalidad reside en los materiales, la goma translúcida, el visón estampado o el cuero, brillante, de textura pitón o con flecos con arandelas.
Las últimas modelos desfilaron mientras el cantante Tom Odell interpretaba en directo sentado al piano el romántico tema “Hold me”, acompañado por un coro.
Esta cuarta jornada de la pasarela londinense estuvo también marcada por el desfile de Christopher Kane, la estrella local cuya firma acaba de ser adquirida por la firma de lujo francesa Pinault Printemps Redoute (PPR), propietaria entre otros de Gucci, Yves Saint Laurent, Bottega Veneta, Stella McCartney, Alexander McQueen o Puma.
El presidente de PPR, François-Henri Pinault, asistió, acompañado de su esposa, la actriz mexicana Salma Hayek, a la presentación de esta colección, que dio más bien la impresión de ser varias colecciones en una.
Faldas y abrigos estampados de camuflaje en tonos azules se sucedieron en la pasaraja con sugerentes vestidos hechos a base de grandes flores y espirales como de ganchillo, y elegantes modelos de terciopelo con encaje.
Pinault se declaró “impresionado” por la propuesta del diseñador escocés de 30 años, que definió como “muy potente, sensual, moderna” y “muy audaz”.
La Semana de la Moda de Londres, una de las cuatro grandes del calendario internacional, concluirá el martes, antes de pasar el testigo a Milán.