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Por Toto Mascorro / @Yaroslav_toto
La primera cita siempre es un poco difícil. La incertidumbre de qué pasará cuando te encuentres a solas con ese hombre que tanto te atrae provoca un estrés y un temor al más puro estilo quinceañero inexperto, se tenga la edad que se tenga. Sentimientos encontrados en un momento en el que la primera impresión puede marcar el éxito o fracaso de una posible relación futura.
Muchas se preocupan de cómo pasar la prueba de fuego después de conseguir concertar esta salida tan especial. Asegurar una segunda cita será directamente proporcional al nivel del disfrute de la velada. Dejar una huella imborrable de este encuentro. Fluir y no forzar son las claves en este paso. Así que no dejes que los nervios se apoderen de ti y pon atención a los siguientes consejos para que sepas de antemano cómo vestirte, de qué hablar, cómo actuar y sobre todo qué evitar para hacer de tu primer encuentro algo para recordar. La cita perfecta.
¿Cómo vestirte?
El vestuario elegido es fundamental porque será capaz de otorgar la confianza necesaria para que todo salga bien. No te la juegues y apuesta por la naturalidad, una imagen casual pero cuidada asegurará la conquista. Antes de escoger la ropa averigua a dónde te va a llevar y el horario elegido para la ocasión.
¿A dónde ir?
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Normalmente es él quien propone, pero si te ha tocado alguien indeciso y con pocas ideas, ten preparada una lista de posibles sitios a los que acudir.
Elige un lugar neutro y público. Puede ser un bar, un restaurante. Estar rodeado de gente en la primera cita da seguridad y confianza. Mejor que no sea demasiado ruidoso. Escoge un rincón donde puedas platicar con tranquilidad para conocerse mejor.
Sé puntual.
Si, no quieres dar la impresión de que mueres por verlo, pero también tienes que mostrar respeto por el chico con el que vas a salir, por eso evita dejarlo esperando más de 10 minutos.
Sé tu misma.
No trates de apantallarlo pretendiendo ser quien no eres. De nada sirve que él se clave contigo si al final de cuentas no eres tú misma, ¿cierto? Sería como enamorarse de otra persona.
Hazlo sentir cómodo.
Lo más seguro es que él esté igual de nervioso que tú, así que evita silencios incómodos. No esperes a que sea él quien lleve la conversación, ayúdalo y bromea un poco o platícale anécdotas chistosas, de esta forma romperás el hielo.
Muestra verdadero interés por él.
El objetivo de las citas es precisamente el de conocerse mutuamente, así que pregúntale sobre sus gustos, su familia, sus amigos, en fin, que realmente vea que te interesas en él.
Ten seguridad en ti misma.
Olvídate de estar pensando en cosas como ‘y si me equivoco al hablar’, ‘y si piensa que soy así’, ‘y si no le gusto’. Neta, ¡relájate! Simplemente deja que las cosas fluyan por sí solas. Lo que tenga que ser, será.
Externa tu opinión.
No por quedar bien con él le digas que sí a todo, es importantísimo que externes tu opinión aunque no estés de acuerdo con él. No lo confrontes simplemente externa tu opinión sin temor. Claro, porque no se trata de discutir o pelearte con él, pero no por gustarle hagas el papelito de niña boba que no tiene una opinión propia.
Disfruta el momento.
Si te enfocas en apreciar su compañía, su plática y en disfrutar del momento como cuando sales con tus amigas, todo marchará de maravilla. Muestra tu mejor sonrisa y tu buen humor, toma la cita como es, un encuentro para conocer a otra persona. La despedida va a ser determinante para volver a repetir la cita o no.
La despedida.
Atenta a la última conversación, es donde más información se saca. Dónde vive, que va a hacer en los próximos días y si realmente le apetece verte. El lenguaje corporal también dice mucho de qué está pasando. Son momentos de tensión en los que se decide en segundos lo que pasará en un futuro. Las miradas dicen lo que los labios callan.
El beso de despedida te mostrará el resultado final. No es lo mismo el clásico beso en la mejilla, con el que decirte adiós, que te vaya bonito, que el dulce beso rozándote los labios y que grita con descaro ‘¡quiero volverte a ver!’. ¡Ahhh! Y si no ha ido tan bien como esperabas, no pasa nada. Sigue tu camino tranquilamente. La vida se hizo para conocer y disfrutar al máximo.
Un día llegara ese alguien especial a tu vida y te hará entender porque otras personas salieron de ella.