Con el fin de incentivar la lucha contra la obesidad, ha surgido la llamada ‘dieta del semáforo’, que consiste en dividir los alimentos de acuerdo con los colores verde, amarillo y rojo, para indicar los permitidos, los que deben consumirse con moderación y aquellos cuya ingesta debe reducirse al mínimo, respectivamente.
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La iniciativa llega de la mano del Hospital General de Massachusetts, que pertenece a la Escuela de Medicina de Harvard (EE.UU.), donde se efectuó un estudio que busca incentivar la elección de comida saludable y el rechazo hacia los productos grasos y azucarados, informa sl sitio hoy.com.do.
Se asignó así un código de color para los alimentos, estableciendo el verde para los recomendados, el amarillo para los de cantidad media de calorías y el rojo para los que debieran ser consumidos sólo de vez en cuando.
La idea es que en la dieta diaria se vayan combinando los alimentos, sobre todo los que pertenecen al grupo de los verdes con los del conjunto amarillo.
- Verde = saludables. Aquí están el agua, las frutas y verduras, las bebidas no gasificadas, carnes magras, pescados, hortalizas, legumbres, arroz integral. Su virtud es que tienen muy pocas calorías y logran disminuir la sensación de hambre.
- Amarillo = moderación. En este grupo se encuentra la carne de cerdo y cordero, huevos, pastas, harina integral, frutos secos, batidos de fruta sin azúcar extra, vino tinto y lácteos descremados. Si bien estos alimentos deben consumirse, no hay que abusar de ellos.
- Rojo = prohibidos. Este apartado agrupa a los alimentos más dañinos, que para muchos son también los más sabrosos, como lácteos enteros, mantequilla, papas (en especial si son fritas), quesos grasos, pasteles y galletas, azúcar, bebidas gasificadas, alcohol y comida chatarra. Su consumo debe restringirse al máximo, ojalá sólo una vez por semana.
