POR VERÓNICA KLINGENBERGER – Periodista – @vklingenberger
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Tatuajes, motos, autos deportivos. Tres paliativos clásicos para los que ya soplaron las 40 velitas. Suena a cliché, pero según los psicólogos es cierto. Estás en la mitad del camino y eso te pone nervioso. ¿Habrás hecho todo lo que soñaste hacer de niño? ¿Podrás hacerlo ahora? Solo tenemos la respuesta a la segunda pregunta. Y es sí. Acá te damos cinco ideas de viaje que te harán sentirte más joven que nunca.
Perderse en el espacio. Sir Richard Branson nació para que tú pudieras sentirte como Han Solo. Con 2,5 mil millones de dólares, este megaempresario inglés es dueño de la marca Virgin: Virgin Records, Virgin Megastores, Virgin Atlantic Airways y también Virgin Galactic. Sus odiseas al espacio incluyen un riguroso entrenamiento de astronauta que hará posible que te conviertas en uno más de los pocos humanos (menos de 500) que han visto el planeta Tierra desde el espacio. Pam Hurley, un agente de viajes de Virgin Galactic, asegura que flotar sobre el Planeta Azul proporciona una profunda evaluación del significado de la vida.
Salva delfines griegos. Las islas griegas suelen verse lindas en las postales y de hecho lo son, pero cuando llegues y veas la monstruosa cantidad de turistas que revolotean a ritmo del rave más infernal, no podrás dejar de preguntarte qué rayos haces ahí. Tranquilo, siempre hay una manera de huir del ruido y embarcarte en una misión mucho más loable. ¿Qué tal visitar villas de 4.000 años de antigüedad mientras navegas sobre el Mar Jónico junto a un preparado equipo de biólogos marinos entrenados para proteger las maravillas del mar?
Escala el Kilimanjaro. El reto parece alto (5.895 metros), pero todo depende de la disciplina y la fe que tengas en ti mismo. Eso sí, deberás entrenarte antes, y lograr un estado físico respetable, nada que no puedas hacer con determinación. Esta aventura puede durar entre una y tres semanas, e incluye de cinco a ocho días de escalada. Todo depende de lo rápido que quieras llegar. Pero no te apures. Según la mayoría de viajeros, lo mejor no se esconde en la cima. El verdadero cambio espiritual está en el camino.
Di ‘om’ en Esalen. Si Allen Ginsberg y Joan Baez se cuentan entre los aplicados alumnos del Instituto Esalen, ubicado en Big Sur, California, es por algo. Conocido desde los años 60 por promover la exploración del potencial humano, Esalen te pondrá al día con programas que incluyen estudios de filosofía oriental y occidental, reconexión espiritual y humanitarismo. Los programas duran de dos a 28 días, y garantizan el encuentro con ese ansiado equilibrio mente-cuerpo. De todas formas, ver el Pacífico desde una montaña perfecta en el corazón de California puede ser tan reparador como dos horas de meditación.
Corre olas en Fiji. Los isleños del Pacífico Sur están convencidos de algo: el mar es la principal fuente de juventud. Correr olas en Tavarua puede ser tan temerario como excitante. La pequeña isla que solo puede alojar a 36 huéspedes a la vez está ubicada en Cloudbreak, una de las rompientes más grandes del mundo. Pero no te asustes. Un staff de experimentados instructores estará a tu disposición y te demostrará que deslizarse sobre las olas (las más inofensivas, para empezar) como un dios hawaiano es una de las mejores terapias contra el estrés. Y por último, nadie te obliga a nada. Pide un Bloody Mary, consigue un buen libro y coloca una tabla junto a ti para hacer la finta. Te sentirás como nuevo.
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