Hola a todos, ¿Cómo están? De todo corazón espero que excelente. Yo por acá super bien, agradecida de tantas experiencias laborales en el día a día. Tengo que admitir que los extrañé la semana pasada, pero aquí estoy de vuelta ja, ja, ja, feliz de compartir mis pensamientos y conocimientos con todos ustedes.
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Creo que alguna vez les comenté que muchas de estas columnas que escribo, tienen relación con situaciones con las cuales me enfrento durante mi semana, que me inspiran para llegar a una conclusión y continuar con mi travesía para cumplir mis anhelos.
Es por eso que hoy escribí acerca de cómo mantener el control frente a nuestras propias decisiones.
Muchas veces somos sostenidos en nuestras actitudes por esa motivación interna, por esa llama que se prende en nuestro interior para querer cumplir metas, sueños, proyectos o como tu quieras llamarle…también somos capaces de crear un plan de acción con tal de concretar nuestros pensamientos e incluso lo llegamos a desarrollar, y eso es lo más maravilloso de todo.
Cuando tenemos metas a corto plazo y sentimos la satisfacción de poder lograrlo, generalmente vamos por mas, pero hoy yo quiero hablar de algo distinto…¿Qué sucede cuando nuestras metas requieren de varias semanas e incluso meses? ¿Qué sucede cuando debo sostenerme en el tiempo con una disciplina que al principio no me cuestioné en tomar?.
Generalmente nuestros deseos de lograr lo que anhelamos viene acompañado de un impulso para hacer lo que esté a nuestro alcance, aceptando todo. ¿Qué sucede después?… la mente comienza con su juego ja, ja, ja y es que es así, porque nuestra mente comienza a manejar la situación.
Debemos tener la capacidad de poder controlar a nuestra mente y llevarla e incluso sostenerla sobre un estado neutro, en donde nuestras decisiones del día a día sean en base de la elección de ‘lo mejor de lo positivo y lo mejor de lo negativo’ pues es la forma de crear un balance y no irnos a los polos.
Cuando queremos sostener nuestra disciplina siempre tenemos que sobrepasar muchas situaciones: estrés en el trabajo, enfermedades, problemas familiares y así podría seguir nombrando y nombrando cosas…simplemente son momentos en donde nuestra mente se nos escapa y ella aprovecha la oportunidad para tomar el control y saben qué sucede… llega una interrogante. ¿Por qué estoy haciendo esto? Y todas aquellas acciones en relación a tus objetivos las comienzas a tomar como innecesarias, molestas y sin sentido. Es decir aquello que un día te provocó tanto anhelo, hoy te provoca 100% molestia y rechazo…
Y es que lamentablemente es así, te aseguro que por lo menos al 90% de las personas les debe ocurrir. Ahora, ¿Quién sale victorios@ de esta situación? Aquellos que son capaces de conectar con su corazón.
Cuando estés divagando en tus acciones, cuando te encuentres cansad@ del día a día, cuando sientas que no puedes más y que quizás lo que estás haciendo no vale mucho la pena, recuerda: ¿Por qué comencé con esto? ¿A dónde quiero llegar? Y deja que tu mente crea lo que estás diciendo. SOLO MANTENTE…
Recuerda siempre: Cualquier decisión que venga desde tu corazón, va a salir bien.
Desde el amor, todo encuentra su camino.
Deseo enormemente que cumplas tus sueños.
Besos y abrazos.
Maite Jiménez Ramírez (@maitejimenezr en Instagram) es profesora de Educación Física, instructora Kundalini Yoga, encargada de la sección Yoga, #FOXfit en Fox Sport Chile.
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