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Por Pamela CastañedaCoach sexualInstagram: @latigre_latigreWeb: www.latigretalkaboutsex.com
La sexualidad nace y muere contigo. Somos seres sexuados y todos nuestros órganos sexuales contienen terminaciones nerviosas desde que naces. Lo que va evolucionando, conjuntamente con nuestro carácter, es la manera de percibir la sexualidad. Los niños se pueden sobar porque sienten placer, siendo una respuesta primaria desligada de la sexualidad como tal. Conforme vas creciendo y descubriendo tu sexualidad, entiendes que las relaciones sexuales son un acto placentero y que no solo sirven para tener hijos. Así, vas pasando por varias etapas.
Primero son los besos largos, los abrazos, los cariños. Después vas usando las manos y comienzan los besos con caricias, pero sin esa sensación de querer llegar al acto sexual propiamente dicho. Y es aquí donde se encuentra una primera diferencia entre mujeres y hombres. Ellos suelen comenzar las relaciones sexuales con penetración antes que las mujeres, por un tema de querer ‘hacerse hombres’ ante la sociedad. Vas creciendo y tu entorno te va proveyendo de estimulaciones como las películas eróticas, el porno, los amigos que experimentaron antes que tú, y así la curiosidad se va fusionando con el deseo.
Después de tu primera relación sexual con penetración, viene un largo camino de descubrimiento personal que va evolucionando según estés o no en una relación de pareja, porque puedes descubrirte solo, con una pareja o con distintas parejas sexuales. Eso ya dependerá de cada uno. Llegan luego los hijos y la sexualidad sigue evolucionando. Hay que adaptarse a nuevos seres, preocupaciones, cambios corporales, etc. En el caso de las mujeres, cuando llega la menopausia se da otra evolución sexual que se comparte con el hombre, porque él también se ve afectado como pareja. Hay que adaptarse a nuevas cosas y seguir poniéndole ganas. Llega la tercera edad y continúa la evolución, pues el cuerpo no responde de la misma manera. Las formas de complacerse van cambiando, se vuelven más pausadas pero no se acaban.
Mucha gente piensa que llegada la vejez, la sexualidad se acabó. No es así, es cuestión de adaptarse y descubrirse porque igual tu cuerpo seguirá sintiendo, por más que el rendimiento no sea el mismo. Descubrirán otro tipo de estimulación y disfrutarán de igual manera. El día que tú mueras, será el día que tu sexualidad muera. No la dejes morir antes de tiempo, ¡hay que ser creativos y seguir disfrutando!
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