El espacio es un lugar en el que la gravedad cero y la estricta disciplina de las agencias espaciales son parte de la rutina diaria de los astronautas.
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Pero pese a estas restricciones, los profesionales del espacio saben de tácticas ingeniosas para burlar las normas. Por ejemplo, para llevar consigo coñac, brandy y otras bebidas alcohólicas.
Este “contrabando espacial” resulta curioso, ya que en un entorno sin gravedad las burbujas de las bebidas se pueden comportar de una manera inusual.
¿Alcohol en el espacio?
Desde 1969, con la excepción del vino de comunión de Buzz Aldrin en la Luna, el alcohol ha estado prohibido en todas las misiones espaciales.
Sin embargo, según revela el libro “Alcohol en el espacio” de Chris Careberry, los astronautas de distintas generaciones han logrado encontrar maneras creativas para esconder botellas.
“Introducir botellas de coñac en libros huecos, en recipientes etiquetados como zumos, e incluso han hecho dietas estrictas para poder introducir botellas en sus trajes espaciales y seguir cumpliendo los requisitos de peso”, es parte de lo que astronautas estadounidenses confesaron sobre sus colegas rusos.
“La NASA le dirá que no hay alcohol a bordo de la ISS. Como persona que vivió allí durante cinco meses, te diré que eso es falso”, reveló por su parte el astronauta Clayton Anderson.
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Ya fuera dentro de libros huecos, recipientes de jugo, y hasta en sus propios trajes espaciales para cumplir con los límites de peso, el alcohol ha viajado varias veces al espacio.
¿Por qué no se puede beber alcohol en el espacio?
El alcohol en el espacio puede presentar desafíos únicos. De hecho, experimentos con cerveza y whisky demostraron que estas bebidas se deterioran en gravedad cero, alterando su sabor y consistencia.
Por otro lado, el acto de beber bebidas carbonatadas o alcohólicas puede resultar muy mal y transformarse en “eruptos líquidos”, ya que las burbujas no se asientan en el estómago como en la Tierra.
Por estas razones es que el alcohol y todo tipo de bebidas carbonatadas están prohibidas en la Estación Espacial Internacional.
Y cómo no, los astronautas deben conformarse con agua reciclada de su propia orina, lo que hace que un sorbo ocasional de alcohol parezca un lujo en ese entorno extremo.