El Telescopio Espacial Hubble tiene los días contados y se encuentra a punto de llegar al final de su vida útil, lo que podría implicar algunos problemas para la comunidad científica dedicada a la observación espacial. La buena noticia es que ya hay una solución en camino: CASTOR.
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Si bien este artefacto ha demostrado en fechas recientes que sigue siendo una herramienta de gran valor para la comunidad científica, como por ejemplo en esta reciente “colaboración” (como si fueran un influencer) que hizo con el Telescopio Espacial James Webb.
Ahí ambos artefactos lograron generar en conjunto el retrato más imponente jamás capturado en torno al cúmulo de galaxias MACS0416.
Dejando en claro que el telescopio aún tendría mucho qué brindar. Pero es momento de mirar al futuro con el objetivo en resolver un asunto particular que el Hubble resuelve perfecto: el problema con la atmósfera.
Así es CASTOR: el telescopio espacial de Canadá que sería sucesor del Hubble
Un interesante artículo de los colegas de PetaPixel nos relatan todos los detalles sobre el fin del reinado del Hubble y el plan para lanzar al futuro rey: CASTOR, partiendo de un problema particular a solucionar con nuestro entorno para poder capturar imágenes de alta calidad de las estrellas y galaxias.
La atmósfera terrestre bloquea la mayor parte de la luz ultravioleta, por lo que se necesita un telescopio espacial para poder observar realmente las estrellas jóvenes y calientes, agujeros negros en crecimiento o explosiones en el espacio profundo.
El único telescopio espacial construido hasta ahora que puede observar en el espectro ultravioleta es el Telescopio Espacial Hubble, que ya cumplió 33 años en el espacio y los expertos afirman que podría retirarse en la próxima década.
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En pos de no perder esa valiosa calidad observatoria, 100 científicos canadienses están planificando el diseño y construcción de un nuevo telescopio espacial que podría llegar al espacio en 2029 con capacidades ultravioleta a bordo. Así sería el CASTOR:
CASTOR tendría un espejo más pequeño que el Hubble, pero el detector observaría franjas mucho más amplias del cielo tanto en luz óptica como ultravioleta.
Esta capacidad de observación de gran campo en ultravioleta permitirá a los astrónomos centrarse en distintas partes del universo que cambian rápidamente, como explosiones cósmicas.
Además, el estudio de las longitudes de onda ultravioleta a gran escala hace que CASTOR sea complementaria a otras dos misiones de amplio campo en las que están trabajando los astrónomos.
El investigador del CONICET Marcelo Miller Bertolami destacaron en charla con infobae la importancia de la construcción de este telescopio particular al afirmar:
“El aparato está muy bueno, ya que se enfoca en el rango ultravioleta, algo que no ha sido muy desarrollado en los últimos años, en los que hubo un énfasis muy grande en el infrarrojo empujado por los estudios de exoplanetas y la cosmología. Y el ultravioleta quedó medio relegado, solo con el Hubble siendo uno de los pocos telescopios que ofrecen acceso al ultravioleta lejano”.
Y es que este telescopio ofrecería la oportunidad de hacer espectroscopia ultravioleta, lo que te permitiría estudiar la química de una manera que no se puede hacer en el óptico o luz visible, haciendo observaciones de espectroscopia ultravioleta.
En una sola exposición, CASTOR cubriría un área aproximadamente cien veces mayor que el Hubble. Desde 2011, un equipo de científicos e ingenieros canadienses ha trabajado para desarrollar este proyecto que podría materializarse en 2029.