La Tierra tiene algunas similitudes geológicas con Marte, como zonas conformadas por arenisca y arcilla. Un grupo de investigadores trabajó en el Desierto de Atacama, al norte de Chile, hallando un elemento que puede cambiar la forma de explorar al planeta rojo: es el microbioma oscuro.
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Al frente de los trabajos en la Piedra Roja, en Atacama, estuvo el astrobiólogo Armando Azúa-Bustos. Este chileno es científico investigador del Centro de Astrobiología de Madrid.
El término microbioma oscuro, acuñado por los científicos, se refiere al material genético de microorganismos hasta ahora desconocidos. Es similar a la materia oscura, una forma hipotética de materia en el universo que permanece sin identificar.
Su investigación fue publicada en febrero en Nature Communications, bajo el título El microbioma oscuro y la cantidad extremadamente baja de materia orgánica en el delta fósil de Atacama revelan los límites de detección de vida en Marte.
Para los científicos, los instrumentos desplegados actualmente en Marte podrían carecer de la sensibilidad necesaria para identificar posibles rasgos de vida.
Las evaluaciones se realizaron en un antiguo lecho fluvial en Piedra Roja, un paraje desértico que es geológicamente similar al cráter marciano Jezero, donde trabaja actualmente el rover Perseverance de la NASA.
Piedra Roja está conformada por una variedad de sedimentos intercalados de areniscas y arcillas, propios de un lecho fluvial, determinando la presencia de hematita, el óxido de hierro que le da su característico color rojo a Marte.
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Los hallazgos en la Tierra que pueden ser claves para las investigaciones en Marte
Azúa-Bustos conversó con la agencia SINC sobre lo descubierto en la zona.
“(Se localizó) una variedad de microorganismos muy difíciles de clasificar, por lo que proponemos el término microbioma oscuro, que, de forma similar a la materia oscura que se estima conforma una importante parte del universo, sabemos que está ahí, pero que aún se resiste a ser identificada”.
En la zona también hallaron una variedad de biofirmas, sustancias que pueden indicar la presencia de vida en un lugar, al límite de detección de los instrumentos que se pueden encontrar en un laboratorio de investigación.
“Lo notable”, recalca Azúa-Bustos en la nota de SINC, “fue que al usar una variedad de instrumentos que están en, o son próximos a enviarse a Marte, y dependiendo de la biofirma que se buscaba, varios de ellos apenas pudieron detectarlas, o simplemente no fueron capaces de hacerlo”.
Marte es un objetivo determinante en el Programa Artemis de la NASA, que no solo busca establecer una base en la Luna, sino hacerlo también a futuro en el planeta rojo. En la actualidad, la exploración marciana sigue avanzando a paso lento, pero firme, con la presencia del rover Perseverance y el helicóptero Ingenuity en el lugar.
El investigador Azúa-Bustos señala que los hallazgos en Piedra Roja “subrayan la importancia de traer muestras de Marte a la Tierra, como las que recoge ahora Perseverance”.