El chico de Crepúsculo en una película del respetado director David Cronenberg, ¿cómo pasó eso? En el filme Cosmópolis, que tuvo su estreno mundial en el Festival de Cannes del 2012, Pattinson interpreta a un multimillonario que recorre Nueva York en limosina, embarcándose en una odisea que incluye armas y sexo.
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Le preguntamos personalmente al exitoso ‘vampiro’ sobre este inesperado giro en su carrera.
Crepúsculo y David Cronenberg. Dos mundos muy distintos. ¿Cosmópolis es un nuevo inicio en tu carrera? El hecho de haber estado en Cannes representando a esta película fue maravilloso. Para un actor joven como yo, que ama el cine, Cannes es un lugar importante y uno de los únicos que ve el cine como arte. Sin duda, para mi carrera, es el inicio de algo nuevo. Grabar Cosmópolis me dio la confianza para enfocarme en proyectos que de verdad me interesan.
¿Crees que todos los actores jóvenes sueñan con Cannes? Tal vez no hasta el día en que su película es seleccionada. En Estados Unidos, Cannes no tiene mucha cobertura pero en Londres, donde me inicié, es algo enorme. Lo más extraño es la cantidad de personas que aplauden la película al final. En Estados Unidos, la gente se va del cine no bien aparecen los créditos en la pantalla.
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Aparentemente eres un fan de Cronenberg. ¿Es verdad que firmaste el contrato sin leer el guion primero? Absolutamente. Mi agente me preguntó si estaba preparado para estar en la siguiente película de David y dije que sí sin pensarlo. Cuando leí el guion de Cosmópolis me pareció asombroso. Desde la primera vez que lo vi sentí una conexión, como si el guion me hubiera buscado.
Cronenberg no te hizo audiciones. Dijo que quería ver hacia dónde iba la película mientras filmaba. ¿No te asustó eso? Entiendo sus razones porque es un escenario muy complejo que puede ser interpretado de distintas maneras. David no me dijo mucho sobre lo que quería. Tuvimos una pequeña conversación y nada más. Recuerdo estar sentado en mi habitación del hotel dos semanas antes de grabar y decirme a mí mismo: ‘Dios mío’. Los primeros días estaba aterrado. Estaba sentado en la limosina sin nada que hacer y a punto de vomitar. Pero su equipo me tranquilizó y me dijo que él nunca sabe lo que quiere en verdad, que solo necesita tiempo para sentir las cosas. Al final, el ritmo fue intenso.
¿Cómo fue la escena en la que un doctor te revisa la próstata? Cinco minutos antes de empezar a filmar, David me dijo. ‘Quiero la parte inferior de tus bolas en la parte de arriba del encuadre’. En ese momento, pensé que debía hacer todo lo que este hombre me pidiera, pero luego tuve que ir y decirle que no iba a poder hacerlo. Se lo tomó muy bien. Lo que salió fue una escena muy extraña. Te aseguro que no se volverá a ver nada igual pronto.
El libro de Don DeLillo en el que se basa la película se escribió antes de los atentados del 11 de setiembre y la crisis financiera. Pero los personajes enfrentan dilemas muy actuales. ¿Tuviste que adaptar tu personaje para que se viera más contemporáneo? No es algo que hicimos a propósito. Muchas cosas pasaron mientras grabábamos. El movimiento de los ‘indignados’ que sacudió Wall Street, por ejemplo, pasó al mismo tiempo en que estábamos filmando la escena del motín. Al principio, no veía Cosmópolis como un retrato de la realidad, sino más como un poema. Pero cuando llega la crítica al mundo financiero, las cosas cambian. Personalmente, yo nunca invierto dinero en nada. No tiene sentido.
¿Tu siguiente película también será con David Cronenberg como director? Sí, pero no sé exactamente cuándo empezará el rodaje. Lo que sí sé es que será la primera vez que David hará una película en Estados Unidos, más precisamente en Los Ángeles, y sobre la industria del cine, promete ser una cinta muy extraña. Hasta que llegue, hemos estamos trabajando en Australia en la filmación de The Rover con David Michod, y en Mission: blacklist con el director francés Jean Stéphane Sauvaire. Es sobre la búsqueda de Sadam Hussein, haré de un militar investigador. En verdad, queríamos filmar en Tikrit, en el mismo Irak, pese a lo complicado que eso es. Pero tengo 26 años y es el tipo de riesgos que quiero tener. Alguien debe hacerlo.