Si un niño o una niña no crece en la proporción adecuada a su edad o a la velocidad que debería, puede que se trate de un caso de retraso del crecimiento.
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El retraso del crecimiento se produce cuando el desarrollo físico del niño o niña se desacelera o se detiene, y su peso o estatura son insuficientes para su edad. Se le considera un crecimiento anormal y puede ser superado con el tiempo a través del tratamiento oportuno y adecuado.
Este retraso puede deberse a diferentes causas, por lo que resulta importante prestarle atención a los síntomas o posibles indicadores para iniciar un tratamiento a tiempo.
Según el especialista, el retraso del crecimiento afecta principalmente a los bebés de familias que no comprenden ni pueden satisfacer sus necesidades alimenticias y que no brindan al niño ni las cantidades ni los tipos adecuados de alimentos.
Cómo identificarlo
Cada niño o niña puede experimentar los síntomas del retraso en el crecimiento de manera diferente. Sin embargo, estos son algunos de los más comunes:
- – Falta de un aumento de peso adecuado.
- – Irritabilidad.
- – Fatiga con facilidad y somnolencia excesiva (siempre con sueño)
- – Falta de respuesta social apropiada para la edad (por ejemplo, no sonreír).
- – No produce sonidos vocales.
- – Desarrollo motriz retrasado.
- – Dificultades de aprendizaje y comportamiento durante la infancia.
Cabe precisar que los síntomas del retraso del crecimiento pueden parecerse a los de otras enfermedades o problemas médicos, por lo que es importante siempre consultar con el especialista para obtener un diagnóstico seguro.
Para diagnosticarlo, el pediatra llevará a cabo una evaluación más completa si detecta alguno de los síntomas luego del control del peso, el perímetro cefálico y la talla, así como de la revisión de las funciones corporales del bebé.
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Tratamiento
De encontrar alguna anomalía, el pediatra determinará el tratamiento específico. Los problemas relacionados con las causas del retraso del crecimiento casi siempre son complejos, por lo que la recomendación es siempre mantener al día los controles pediátricos de los niños desde que son bebés.
El tratamiento dependerá de la causa que lo produjo y puede involucrar a un equipo multidisciplinario de trabajadores sociales, nutricionistas, fisioterapeutas, genetistas y otros especialistas médicos.
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