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Vanna PedraglioHead coach en VannaInstagram: vannaped y sistema_vannaWeb: www.vanna.pe
A todos nos pasa: llegado el friecito del invierno, las ganas de comer aumentan. En teoría, con el descenso de la temperatura ambiental, se genera en el cuerpo una necesidad genética ancestral o completamente orgánica de consumir mayor cantidad de calorías. Aparte de la baja temperatura, la falta de luz en esta época del año hace que nuestro organismo aumente la segregación de algunas hormonas como la melatonina (hormona del descanso), que se encarga además de hacer que disminuya la temperatura del cuerpo y este sienta la necesidad de ingerir mayores cantidades de alimentos calóricos, altos en grasas o carbohidratos. Ahora entiendes por qué en esta estación del año buscamos con tantas ganas ese chocolatito.
Ante este panorama, ¿estamos sentenciados a subir de peso en estos meses invernales? Debemos tener más claro lo que nos sucede por dentro para así poder entender mejor nuestro comportamiento natural. Podremos verlo de manera positiva y sacar de nuestros pensamientos que los malos hábitos invernales se deben a la falta de fuerza de voluntad, haciendo que nos sintamos culpables. Sí, hay una razón, pero esto tampoco quiere decir que dejemos actuar a nuestro cuerpo ante cualquier impulso ¡no! Todo lo contrario, ahora que lo entiendes, es mucho más fácil encontrar soluciones y sentirte más tranquilo al incorporar nuevos hábitos más saludables.
Primero, debemos tomar acción y hacer deporte. Mejor si se hace en las primeras horas de la mañana. Empieza tu día combatiendo la somnolencia. Si no lo haces al empezar el día, lo más probable es que te acompañe el desgano el día entero. Durante los fines de semana, o en los momentos de ocio, debes combatir el aburrimiento y la falta de actividad, que son las principales causas que nos llevarán a ingerir más alimentos, incluso sin ganas de hacerlo. Por eso te recomiendo mantenerte ocupado, ya sea ordenando algo, leyendo, haciendo alguna actividad física o deporte.
Si te cuesta mantener la disciplina de realizar actividad física por incentivo propio, es el momento de ir a un centro deportivo para que te guíen mejor y te aseguren una buena hora de entrenamiento eficiente, a una intensidad alta para que eleves tu temperatura corporal y así puedas disminuir tu sensación de hambre y las ganas de ingerir alimentos muy calóricos. De esa forma lograrás mantener el metabolismo activado, con un consumo interno basal de calorías alto por el mantenimiento u aumento de masa muscular activa. Si tanto buscas llegar a un cuerpo fit en verano, es de vital importancia que empieces en invierno. No es marketing, el cuerpo definido se construye en invierno.
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Programa mejor tus alimentos, rutina, disciplina y la motivación intrínseca de ser una persona cada vez más saludable empezando en invierno. Lograrás cambios en tu estilo de vida que te llevarán a conseguir los resultados tan esperados que buscas para el verano. Y por qué no, para todo el año y tu vida en general. Recuerda, si quieres realmente el cambio, es tiempo que tomes acción de tu vida hoy.
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