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Por Vanna PedraglioCoach deportiva y nutricional
A muchos les podrá parecer casi imposible tratar de comer sano, perder peso y eliminarlo para siempre. Puede ser que más de una vez hayas bajado esos kilos de más, pero quizá los has recuperado nuevamente por no haber podido dejar el mal hábito de comer alimentos procesados. La adicción a la comida es actualmente un gran problema para muchas personas, siendo la principal razón de que el sobrepeso sea una epidemia y la gran causante de enfermedades metabólicas crónicas.
Cuando hablamos de adicción, nos referimos a la incapacidad de dejar de comer alimentos altamente procesados (comida chatarra), un proceso que puede ser comparado con la adicción a las drogas, aunque suene controvertido. Pero está estudiado que los efectos de estos alimentos altos en azúcares refinados o grasas trans, altos en sodio y con saborizantes artificiales estimulan los mismos neurotransmisores que las drogas en el centro de la recompensa en tu cerebro. Entre los síntomas de adicción más comunes podemos identificar estos:
1. Metido en la cabeza: Te das por vencido y comienzas a comer un alimento en el cual no has dejado de pensar. Recaes en la tentación y terminas comiendo una mayor cantidad de lo que pretendías. Con frecuencia tienes antojos por los mismos alimentos. Y más de una vez, incluso tras haber comido y a pesar de sentirte lleno. Cuando estos alimentos aparecen en tu mente, inventarás excusas para consumirlos. Estas ideas están estrechamente relacionadas a emociones negativas, porque estos alimentos son como recompensas.
2. No es hambre: Tiendes a comer estos alimentos tras emociones que te causan estrés, es decir, son alimentos que tienen una relación directa con las emociones y no con el hambre fisiológico. Antes que la saciedad, llega la culpabilidad emocional. Te sientes incapaz de controlar el consumo de estos alimentos, a pesar de saber que causan un daño físico.
3. Ansiedad y culpabilidad: Comes este tipo de alimentos con tantas ansias que con frecuencia lo haces hasta sentirte excesivamente lleno. Tras consumir estos alimentos la culpabilidad te domina, pero igual repetirás lo mismo al poco tiempo.
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4. No los puedes dejar: En repetidas ocasiones, y sin éxito, has intentado dejar de comerlos. Te has puesto reglas y hasta momentos en que están permitidos, pero has fallado. La nutrición a nivel de alimentación para el organismo no puede ser vista como un listado de buenos o malos alimentos, como permitidos o no. El secreto está en el balance. 5A escondidas. Los consumes usualmente a escondidas, como si estuvieras haciendo algo malo. ¿Acaso la opinión de los demás es más importante de la que tengas tú sobre ti mismo y tus valores personales?
Si te sientes identificado con varios de estos puntos, tienes una adicción a la comida chatarra. Y esto puede arraigar problemas emocionales e impactar sobre tu autoestima. Lamentablemente, este tipo de problemas no se resuelven por sí solos, en muchas ocasiones necesitarás de un especialista que te ayude a superarlos. Hay que estar alertas con nuestros hijos y con nuestro propio accionar para evitar problemas de salud, incluyendo los psicológicos. La buena nutrición, hoy en día, debe ser tomada seriamente.
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