Yanina Ferreyra es una joven de 26 años residente del barrio Itatí de San Clemente del Tuyú, ciudad balnearia de Argentina que se convirtió en escenario de una insólita historia que obtuvo gran popularidad tras compartirse en redes sociales. En Facebook, lo ocurrido generó todo tipo de comentarios entre los usuarios.
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Según contó la propia señorita en declaraciones con el diario Clarín, ella se encontraba al interior de su hogar cuando fue sorprendida por Milagros, su mejor amiga, quien le advirtió sobre la presencia de un lobo marino en la entrada del lugar. “Yo creí que me estaba cargando (bromeando), así que le dije que no jorobara y que entrara rápido a casa, porque se me escapa el perro. Pero vi que sacaba fotos con el celular y me asomé, contó.
Al salir, la mujer aseguró quedarse boquiabierta al notar que unas cuarenta personas observaban el curioso espectáculo que se viralizó en Facebook. El hecho, sin embargo, generó cierta preocupación entre algunos de los testigos debido al posible estado grave del animal.
“Me dio un poco de miedo porque se notaba que el animal estaba asustado y se le escuchaba una especie de gruñido. Los perros del barrio se acercaron y se ve que se asustó más porque en ese momento escaló al techo del auto”. La escena quedó inmortalizada en una fotografía que se hizo tendencia rápidamente en redes sociales.
“Una vecina llamó enseguida a un chico que es vecino y que trabaja en la fundación de Mundo Marino (parque de atracciones de Argentina), que vino a ayudar”. No obstante, el motivo detrás de la llegada del mamífero continúa siendo un misterio. “Vivimos a diez cuadras de la playa, y a cuatro de la ría, cerca de donde se juntan el río y el mar. Decían que había crecida del río, pero no vimos nada inundado”, cuenta Yanina.
La joven dijo que además que, a excepción del rayón generado por las aletas del animal, el coche no quedó con daños serios. Sin embargo, “habrá que llevarlo a un chapista (mecánico)”.
Asimismo, contó que se convirtió en una especie de celebridad local tras lo ocurrido. “Me paraban en el supermercado para preguntarme cómo había quedado el auto y cómo había llegado el lobo hasta ahí”, narró. La curiosa historia se hizo tendencia en Facebook.