Hace unos días en Facebook apareció un comercial de Practifrutas, un producto que no era más que mandarinas peladas envasadas en un táper de plástico. Todo se trataba de una campaña ficticia, que despertó —a través de una campaña digital- la conciencia saludable de mieles de peruanos. Ellos expresaron su indignación contra este producto y su gusto por lo natural y el estilo de vida saludable.
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Esta campaña ficticia fue creada por la Asociación de Productores de Cítricos del Perú – PROCITRUS junto a la agencia Ingenia. Esta no solo proponía el consumo de la mandarina sin su cáscara, fundamental para mantener sus cualidades nutricionales, sino que, además, la vendían a un precio exorbitante aumentando el malestar entre los usuarios de Facebook.
Es así, que lo que se consideraba una campaña del lanzamiento de un producto en Facebook se transformó en una forma de sensibilizar a la población, quienes en cada comentario no solo expresaron su rechazo a la marca, sino que defendieron y promovieron la cáscara, el precio, el sabor y sobre todo la practicidad natural que tiene en sí la mandarina.
Como parte de la estrategia se desarrolló una etapa inicial de intriga en Facebook y se creó la página web y el fan page Practifrutas. Luego se lanzó Practifrutas con imágenes creadas del producto en góndolas de los supermercados e, inclusive, en vallas de la vía pública.
La reacción fue tal, que a partir de esta campaña se creó la comunidad ‘Vive Mandarina’ compuesto por nutricionistas, productores agrarios, chefs, deportistas, artistas, periodistas, etc; un colectivo digital preocupado en promover un país con una alimentación saludable y natural, que piense en nosotros y en el planeta.
La verdad de esta campaña de Facebook se dio a conocer con un video de agradecimiento de los propios agricultores, quienes trabajan con esta noble fruta en el Valle de Huaral. Con esto se buscó reconocer a las miles de personas que durante semanas defendieron con sus comentarios el consumo saludable de las mandarinas.
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