Se supone que el matrimonio es una ceremonia llena de felicidad que dura para toda la vida. Desgraciadamente, la vida no es perfecta y cualquier segundo puede ser una tragedia inesperada.
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Algo así fue lo que ocurrió en este matrimonio que parecía desarrollarse con toda normalidad. Ya los novios estaban ante el cura y los anillos listos para incrustarse en los anulares de cada uno. Todo parecía felicidad hasta que ingresó la amante del novio y exigió una explicación.
“Entonces, ¿para esto dejaste mi casa esta mañana?’, grito la mujer en medio de la sala.
El novio solo atinó a hacerse el desentendido. La novia se quedó inmovil, como si un sueño se hubiese roto. Quizá, ya con los años, ella entienda que ocurrió lo mejor para su vida: descubrió a un mentiroso antes de iniciar su vida como esposa.