El pasado viernes 10 de mayo gran parte del planeta Tierra fue testigo de un espectacular fenómeno: las auroras boreales. El mismo ocurre después de un impacto de particular cargadas del sol que chocan con los gases de la atmósfera terrestre.
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Grandes llamaradas solares se registraron esa misma jornada, lo cual no es nada extraño para la comunidad científica. A medida que el Sol se acerca a su punto álgido, esta estrella se vuelve más dinámica.
Frecuencia con la que ocurre este suceso
Cada 11 años, aproximadamente, la ardiente esfera experimenta periodos de baja y alta actividad que se asocian con el número de manchas solares en su superficie. En el transcurso de un ciclo solar, el Sol pasa de un periodo de calma a otro intenso y activo. Durante el pico de actividad, llamado máximo solar, los polos magnéticos del Sol se giran.
Los expertos acotan que entre mediados y finales del 2024 se dará este máximo solar. El actual ciclo, denominado 25, ha estado más lleno de actividad que lo esperado.
“No hay dos ciclos solares iguales”, dijo previamente a CNN Mark Miesch, científico investigador del Centro de Predicción Meteorológica Espacial. “Este máximo solar es el equivalente meteorológico espacial de la temporada de huracanes. Es cuando vemos las mayores tormentas. Pero a diferencia de la temporada de huracanes, que dura unos meses, el máximo solar dura unos años”.
Consecuencias y riesgos
Si nos aventuramos al futuro, en el caso de existir un viaje a Marte, este tipo de tormentas es un potencial riesgo fatal. De igual manera, los astronautas están expuestos a una amenaza que implica la radiación solar.
Asimismo, en lo ocurrido la semana pasada se evidenció que decenas de tractores quedaron inmóviles en los campos de siembra de maíz al presentar problemas en sus funciones de GPS.
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El tsunami de plasma magnetizado procedente del sol también cambia las propiedades de la atmósfera, en particular la densidad de la ionosfera, lo que produce interferencias en las señales de radio de alta frecuencia que afecta a las comunicaciones de radio y las transmisiones de satélite.
Después de este año, se tendría una espera de 22 años para volver a ser testigos de niveles de actividad solar similar. El científico Mojtaba Akhavan-Tafti detalló que es un buen “momento para estar despierto hasta altas horas de la noche para observar los extraordinarios poderes del sol”.
